El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y varios líderes europeos tendrán la oportunidad de decirle al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se oponen a que busque el fin de la guerra por su cuenta, negociando con Rusia, y sin la participación de Kiev. Podrán hacerlo en miércoles, dos días antes del encuentro entre los líderes de Washington y Moscú —como en los días álgidos de la Guerra Fría— en una llamada multilateral organizada por el canciller alemán, Friedrich Merz, en la que estarán Zelenski y varios mandatarios europeos. “Las conversaciones se centrarán en las opciones para ejercer presión sobre Rusia, posibles negociaciones de paz, reivindicaciones territoriales y seguridad”, ha aclarado el líder alemán.
Desde que se supo que Trump y Putin van a verse este viernes para hablar de la paz en Ucrania, todos los líderes y capitales europeas han puesto en marcha sus mecanismos diplomáticos para intentar que Washington no llegue a un acuerdo con Moscú unilateralmente y que tenga en cuenta, sobre todo, la opinión de Zelenski, pero también la del resto de países europeos.
España, en principio, no estará en ese encuentro telemático. Sí que se unirán a la conversación la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, según los portavoces de ambas organizaciones. También participarán los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y Finlandia, Alexander Stubb, y los jefes de Gobierno del Reino Unido, Keir Starmer; de Italia, Giorgia Meloni, y de Polonia, Donald Tusk, así como el presidente del Consejo Europeo, el portugués António Costa, según ha informado el propio organizador, Merz.
Dafür tauschen wir uns gemeinsam mit Präsident Trump und Vizepräsident Vance sowie den Staats- und Regierungschefs aus Finnland, Frankreich, Großbritannien, Italien, Polen, der Ukraine, der EU-Kommissionspräsidentin, dem EU-Ratspräsidenten und dem NATO-Generalsekretär aus. 2/2
— Bundeskanzler Friedrich Merz (@bundeskanzler) August 11, 2025
“No se puede decidir nada sobre Ucrania sin Ucrania en la mesa. Además, lo que se decida sobre Ucrania impacta directamente en la seguridad de toda Europa y, por tanto, el futuro de Ucrania no se puede decidir sin contar con nosotros”, ha resumido este lunes por la mañana el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, en TVE.
Estados Unidos ya se había abierto a contar con Zelenski de alguna forma en los preparativos de la cumbre del próximo viernes. El propio vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, que estuvo el sábado en Londres, explicaba un día después en una cadena de televisión estadounidense que Trump estaba tratando de concertar un encuentro a tres bandas, aunque no vaya a ser este viernes. “Uno de los principales obstáculos es que Vladímir Putin ha dicho que no se sentaría con Zelenski, el líder de Ucrania, y el presidente [Trump] tiene que hacer que eso cambie”, declaró. Vance añadió que la Casa Blanca está trabajando “en agendar y arreglar cosas para cuando estos tres líderes puedan sentarse y discutir el fin del conflicto”.
El número dos estadounidense dijo esto el mismo día que varios líderes europeos firmaron un comunicado en respaldo de Ucrania en el que defienden que “las fronteras internacionales no deben modificarse por la fuerza”. Además, los europeos apuntaron dónde, en su opinión, deben empezar las conversaciones: “La línea de contacto actual debería ser el punto de partida de las negociaciones”. Esta frase, redactada en lenguaje diplomático, es una respuesta a las exigencias rusas de que Ucrania acepte ya la cesión de los territorios invadidos a cambio del alto el fuego. Los aliados europeos de Kiev lo rechazan. Defienden que haya un alto el fuego sin esa condición y si luego hubiera una cesión de territorio por parte de Ucrania, debería ser el país invadido el que lo aceptara.
Firmaron ese comunicado Merz y Von der Leyen, así como Tusk, que este lunes reclamó información previa de Estados Unidos sobre su posición ante el encuentro del viernes. También estamparon su sello Starmer, Macron y Stubb.
Esta selección de líderes se interpreta como un intento de conseguir que Trump tenga en cuenta la opinión de los aliados europeos. El presidente finlandés ha tejido una relación intensa con Trump a raíz de esta guerra ―Finlandia es el país europeo que comparte la frontera más extensa con Rusia―; la italiana Meloni tiene una buena relación personal con el mandatario estadounidense; Francia, Alemania y el Reino Unido son los países más poblados de Europa y miembros, como Italia, del G-7. Por otra parte, el mandatario polaco Tusk es uno de los más beligerantes con Rusia y uno de los mayores apoyos ucranios. En definitiva, todo apunta a una cuidadosa elección de firmantes para influir en la opinión del presidente estadounidense.