El Distrito de Columbia y el Gobierno federal han acordado judicialmente en la tarde de este viernes restituir el control de la policía de Washington al jefe de ese departamento, en lugar de dárselo al comisionado especial designado por la Administración republicana; un nombramiento que pretendía reforzar el despliegue de la Guardia Nacional en la capital federal ordenado el lunes por el presidente Donald Trump.
Aunque la policía seguirá a la orden del jefe del departamento, Washington podrá imponer medidas, en especial la orden de que colabore con los agentes federales de inmigración. El acuerdo, que ha sido muy celebrado por las autoridades locales, zanja en teoría la denuncia presentada en la mañana de este viernes por el fiscal general del Distrito de Columbia, Brian Schwalb, contra el Gobierno de Donald Trump por la militarización de la ciudad mediante el despliegue de la Guardia Nacional para combatir la criminalidad. Schwalb dijo que la demanda, presentada en un tribunal federal en Washington, tenía como objetivo determinar si la toma de control de la policía de la ciudad por parte de un funcionario de la Administración de Trump era ilegal.
La decisión de Schwalb se producía horas después de que la Administración republicana ampliara el jueves las medidas de control sobre el departamento de policía con el nombramiento de un “comisionado de emergencia”, que la ciudad rechaza por considerarlo ilegal, y la revocación de políticas que limitaban la cooperación de los policías locales con los agentes encargados de aplicar las leyes de inmigración. Este último punto es clave para neutralizar la resistencia de las llamadas ciudades refugio o santuario de migrantes.
“Al declarar ilegalmente la toma de control de la MPD [Departamento de Policía Metropolitana, en sus siglas inglesas], la Administración está abusando de su autoridad temporal y limitada conforme a la ley”, ha escrito Schwalb en la red social X. “Esta es la amenaza más grave a la que DC se ha enfrentado jamás, y estamos luchando para detenerla”. El fiscal general de DC ha subrayado el peligroso precedente que constituye el hecho de que ningún presidente antes de Trump haya invocado la Home Rule Act de 1973, que otorga al Distrito de Columbia amplia autoridad sobre sus propias políticas si bien supeditada en última instancia al Congreso, para controlar a la policía de la ciudad.
Durante la vista de emergencia celebrada en la tarde del viernes, la jueza del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, Ana Reyes, expresó sus dudas sobre la legitimidad de la Administración republicana para dirigir la fuerza policial de la ciudad o la capacidad del comisionado de emergencia para hacerse cargo efectivamente del departamento como su responsable. El escepticismo judicial ha inclinado la balanza a favor de la petición de Schwalb.
El presidente de EE UU anunció el lunes el despliegue de cientos de tropas de la Guardia Nacional en Washington, para asumir temporalmente el control del departamento de policía de la ciudad con el objetivo de frenar lo que calificó de emergencia criminal en la capital de EE UU, aunque las estadísticas muestran el nivel más bajo de delincuencia violenta en los últimos 30 años. El miércoles eran ya 800 los miembros de la Guardia Nacional en las calles de la ciudad, y en la noche del jueves comenzaron a barrer los campamentos de personas sin hogar, después de que ONG y activistas instaran a los acampados a desalojar sus tiendas si no querían ser detenidos.
Este mismo jueves, la víspera de viajar a Alaska para participar en una cumbre con su homólogo ruso, Vladímir Putin, Trump defendió en declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca el recurso a los militares, para acallar las críticas de quienes consideran que no están capacitados para desempeñar labores puramente policiales. “He escuchado hablar de cómo la Guardia Nacional o el ejército no están capacitados en [funciones de la] policía, pero sí en sentido común, y están capacitados para no permitir que la gente incendie edificios, bombardee edificios y dispare a la gente, todas esas cosas”, declaró pintando un escenario catastrófico. Trump añadió en esa comparecencia que si no hubiera llamado a la Guardia Nacional para sofocar las protestas en Los Ángeles a principios de este verano, “no existiría hoy. Habríamos tenido que cancelar los Juegos Olímpicos si hubiera dejado que eso continuara”.
Trump también rebatió las estadísticas de delincuencia en Washington. “Están bajo investigación en este momento. Nos están dando estadísticas de delincuencia falsas, al igual que dieron otras estadísticas en el mundo financiero (…) Washington DC está en su peor momento, y pronto estará en su mejor momento. Vas a tener una ciudad muy segura, vas a tener una ciudad libre de delincuencia. Quiero decir, digo eso: prácticamente una ciudad libre de delincuencia”, concluyó.