En medio de la guerra comercial abierta por Estados Unidos con todo el mundo, la Comisión Europea quiere revitalizar el órgano que se encarga de arbitrar el comercio mundial y administrar sus normas: la Organización Mundial de Comercio (OMC). La jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, así se lo ha planteado a los líderes de los Estados miembros en la cumbre europea celebrada este jueves en Bruselas. Para ello, la Comisión cuenta también con los países del acuerdo Transpacífico, una asociación comercial en la que participan países como Japón, Australia, Chile o México.
“Estos países quieren tener una cooperación reforzada. Y la Unión Europea, lo mismo”, ha descrito Von der Leyen al acabar la reunión con los líderes. Según lo dicho por la política conservadora alemana, la idea está todavía en sus primeros pasos y, aunque no lo dijo abiertamente, no contaría con Estados Unidos: “Los estadounidenses abandonaron en cierto momento el CPTPP [siglas en inglés del Acuerdo de Asociación Transpacífico]”.
El planteamiento inicial de la Comisión pasa por aprender de “los errores que se hayan cometido en el pasado con la OMC”. Esta organización vive en ahora en una profunda crisis. Todavía funciona, con su directora general, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, al frente. Pero uno de sus patas fundamentales está paralizada: el órgano de solución de diferencias. Esta parálisis se explica por la negativa de Estados Unidos a reemplazar a jueces con mandatos caducados desde 2017, es decir, ya con la primera Administración republicana de Donald Trump, de 2017 a 2020. Sin embargo, el demócrata Joe Biden (2021-2024) tampoco solucionó el problema.
Estos magistrados deben nombrarse por unanimidad para un periodo de cuatro años que puede prorrogarse otro mandato. Al negarse Estados Unidos a participar en las renovaciones, el órgano ha ido languideciendo. De hecho, su última resolución es de 2020.
Von der Leyen tiene la idea clara de resucitar una de las instituciones clave del multilateralismo, una forma de relacionarse entre países en la escena internacional que ha decaído mucho en los últimos años en favor de las relaciones de fuerza. “Se trata de demostrar al mundo que el libre comercio con un gran número de países sobre la base de unas normas es posible”, defendió la alemana. “Deberíamos comprometernos de verdad con el CPTPP”, continuó, en referencia a la asociación que integran Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
Estados Unidos no forma parte de este grupo de países, pese a ser también un importante agente en el Pacífico, porque Trump se retiró de la organización en su primer mandato.
Otro elemento que demuestra hasta qué punto la OMC necesita una reforma es el fracaso constante de la ronda de Doha. Iniciada en 2001, no ha logrado desde entonces avanzar en sus negociaciones.