Geert Wilders ha empezado a calentar motores para los comicios del próximo 29 de octubre en Países Bajos. El líder neerlandés de ultraderecha ha publicado un mensaje en su cuenta de X que ha provocado ya 2.500 denuncias por discriminación. Muestra, en color, la imagen de una mujer con media cara joven, rubia y maquillada, y la otra media arrugada, con velo y gesto severo. Encima, ha escrito: “Usted decide el 29/10”, en referencia a la fecha de la consulta. Debajo de la mujer rubia aparecen las siglas del Partido por la Libertad (PVV), del propio Wilders, mientras que la que está velada tiene las de los socialdemócratas del PvdA.
Publicado este 4 de agosto, el Centro de Denuncia de la Discriminación (Discriminatie.nl) ha señalado este jueves que no suelen recibir tantas denuncias seguidas por un mismo caso. Lo consideran “una señal clara de la sociedad”, porque para muchas personas “el mensaje implícito de la imagen suscita sentimientos de exclusión e inseguridad”.
A los denunciantes les preocupaba su carácter divisorio, y el propio centro indica que se cuenta “una historia de nosotros contra ellos contraria a la sociedad inclusiva que perseguimos en Países Bajos”. Añaden que las imágenes son poderosas, y las de carácter “estigmatizante no tienen cabida en el debate público y político”.
En junio pasado, Wilders retiró a su partido del Gobierno de coalición —de cuatro grupos conservadores— que encabezaba, y forzó la convocatoria de elecciones. Él exigía el endurecimiento de las políticas de asilo, que el resto de sus socios se negó a aceptar, y provocó una crisis política, ya que el Ejecutivo, que llevaba apenas un año y medio en el poder, no podía seguir gobernando en minoría.
La última vez que el Centro de Denuncia de la Discriminación recibió gran número de denuncias (unas 4.000) fue durante la pandemia del coronavirus, en 2020. Se debió a una canción del locutor de radio Lex Gaarthuis, donde decía que “prevenir es mejor que los chinos”. El primer brote de la covid-19 fue detectado en noviembre de 2019, en China, en la localidad de Wuhan, situada en la zona central del país. La Fiscalía neerlandesa consideró que la canción no era punible, pero el autor se disculpó diciendo que estaba “fuera de lugar”.