Zaporiyia es una de las capitales de provincia ucranias más próximas al territorio ocupado por Rusia. Tan solo 23 kilómetros separan la ciudad del frente de guerra y esto la hace especialmente vulnerable. La aviación del invasor puede lanzar sus bombas FAB-500, un armamento que causa una enorme destrucción, desde zona aérea segura y más cercana al objetivo. Así ha sucedido en la noche del 28 de julio, cuando ocho bombas aéreas han impactado en Zaporiyia y sus aledaños. Cuatro de estas bombas ha destruido una prisión, provocando la muerte de por lo menos 17 reclusos y más de 40 heridos.
La prisión se encuentra en el municipio de Bilenke. Solo el río Dnipró y su antiguo embalse [ahora tierra pantanosa tras la destrucción en 2023 de la presa de Nova Kajovka] separan la aldea de las posiciones rusas. Las imágenes difundidas por las autoridades locales muestran un edificio civil en el que no hay señal de que el lugar pudiera confundirse con un punto de concentración de tropas.
Otro ataque con bombas aéreas mató el pasado enero en el centro de Zaporiyia a 13 personas y causó más de un centenar de heridos.
“Lo sucedido es una enorme violación del derecho humanitario internacional y otra prueba de los crímenes de guerra de Rusia”, ha dicho en un comunicado Dmitro Lubinets, defensor del pueblo de Ucrania. “El bombardeo de instalaciones civiles, y en este caso instalaciones penitenciarias, es considerado un crimen de guerra”, ha añadido el ministerio de Justicia ucranio.
Por lo menos 22 civiles han perdido la vida en las últimas 24 horas en Ucrania, además de más de 80 heridos, bajo el fuego ruso, según recuento de su presidente, Volodímir Zelenski. “El ataque contra la colonia penal fue deliberado, dirigido a ese lugar, no accidental. Los rusos no podían ignorar que estaban atacando a civiles”.
“Se trata de otro crimen de guerra de los rusos, que no se detendrán si no se les detiene”, ha escrito este martes en sus redes sociales Andrii Yermak, jefe de la oficina del presidente de Ucrania. “El régimen de [el presidente ruso, Vladímir] Putin, que a través de ciertas figuras también amenaza a Estados Unidos, debe sufrir golpes económicos y militares que lo privarán de su capacidad para librar una guerra”, ha añadido Yermak. La mano derecha de Zelenski hacía así referencia a un mensaje que publicó el lunes en X el expresidente ruso Dmitri Medvedev, y en el que advertía al presidente de EE UU, Donald Trump, de no amenazar a Rusia con ultimátums porque puede llevar a su país a la guerra.
Trump advirtió el lunes en su visita al Reino Unido que reducía a 12 días el plazo de tiempo que da a Putin para aceptar una tregua y negociar la paz. Si no, según el líder estadounidense, aplicará severas sanciones contra Rusia y contra los países que comercian con ella.
El ataque en Zaporiyia, destacó Zelenski, “se produjo justo después de que EE UU, junto a la comunidad internacional, expresara su postura nítidamente clara de que Rusia debe poner fin a esta guerra y avanzar hacia la diplomacia”.