La investigación del asesinato el pasado sábado del expresidente del Parlamento ucranio Andri Parubi ha tardado solo tres días en tener un autor confeso y un motivo. Mijailo Stselnikov, de 52 años, detenido un día después en la región de Jmelnitski, a unos 240 kilómetros de la ciudad de Lviv, donde este residía y tuvo lugar el suceso, se ha declarado este martes culpable de los hechos en una primera vista judicial, en la que el juez decretó prisión preventiva sin fianza. El acusado ha admitido en una declaración a la prensa, antes de sentarse en el banquillo, que mató a Parubi como “venganza personal” por la muerte de su hijo, un soldado ucranio, en el frente de batalla. El jefe de la Policía Nacional, Ivan Vihivski, ha manifestado que el crimen no es “accidental” y que existe un “rastro ruso”.
Parubi, de 54 años, diputado del partido Solidaridad Europea, dirigido por el expresidente Petro Poroshenko, fue tiroteado a sangre fría y por la espalda el sábado a mediodía, cuando caminaba por una calle de Lviv, en el oeste del país. Un vídeo grabado por una cámara de circuito cerrado mostró cómo un hombre, vestido de repartidor, aguardaba entre dos coches al paso del expresidente del Parlamento. Al cruzarse en su camino, el asesino, con un paquete en la mano y un casco en la cabeza, le siguió unos metros hasta descerrajar su arma en varias ocasiones. Luego cruzó la calle y huyó.
“Se preparó durante mucho tiempo, observó, planeó y finalmente apretó el gatillo”, señaló el jefe policial tras el arresto del sospechoso. En el relato ofrecido a la prensa mientras permanecía custodiado a la espera de la vista judicial, según recoge la agencia Ukrinform, el detenido ha asegurado que su venganza es contra las autoridades ucranias. “Sí, lo admito, lo maté y quiero pedir que me intercambien por prisioneros [ucranios en manos de Rusia] para poder ir a buscar el cuerpo de mi hijo”, ha señalado Stselnikov. El autor confeso del asesinato ha afirmado además que eligió a Parubi por casualidad, por encontrarse allí. Se enfrenta a una posible condena de entre 10 a 15 años, o la cadena perpetua.
Fuentes de la investigación citadas por varios medios ucranios habían informado previamente de que el detenido, durante los primeros interrogatorios, admitió que llegó a entrar en contacto con representantes rusos, que le instaron a asesinar a un líder político a cambio de ayudarle a recuperar el cuerpo de su hijo, de cuya muerte responsabilizaron a Ucrania. Ya durante la sesión judicial de este martes, el acusado ha negado que fuera chantajeado por los servicios de inteligencia rusos.
“Tenemos información que indica la posible participación de los servicios de seguridad de la Federación Rusa en la organización del asesinato”, dijo por su parte el lunes Vadim Onishchenko, jefe regional del SBU (Servicio de Seguridad de Ucrania), el órgano de espionaje interno.
Mientras el detenido declaraba en el tribunal, cientos de ciudadanos, familiares y compañeros de partido acompañaron el féretro de Parubi durante el funeral celebrado en Lviv, donde vivía, junto a su mujer e hija, y donde encontró la muerte. El expresidente del Parlamento ucranio (2016-2019), antiguo militante de formaciones nacionalistas, desempeñó un papel destacado en las manifestaciones del Euromaidán organizadas entre finales de 2013 e inicios de 2014 para protestar contra la injerencia rusa y el primer ministro ucranio Víctor Yanukóvich. Parubi comandó entonces los grupos de autodefensa en Kiev, por lo que posteriormente sería nombrado secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa.
A finales de ese año, Parubi fue objeto de un intento de asesinato. Un hombre lanzó una granada contra un hotel en el que se encontraba durante una reunión. Entonces se especuló con la autoría de un miembro destacado del Departamento de Seguridad de tiempos de Yanukóvich.