El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se resistía este lunes a firmar la declaración que sí suscribirán el resto de líderes del G-7 sobre la necesidad de una desescalada en el conflicto entre Irán e Israel, según han indicado fuentes estadounidenses. Los participantes en la cumbre que se celebra en Kananaskis, en las Montañas Rocosas en Canadá, esperaban poder convencer al republicano, aunque fuera en el último momento, de añadir su nombre al documento.
El borrador de la declaración, promovida por la Unión Europea, estipula que Israel tiene el derecho a defenderse y que Irán no debe poder acceder a armamento nuclear. También insta a resolver el conflicto en torno al programa nuclear iraní mediante la negociación.
Los representantes europeos y sus delegaciones trataban de cerrar un consenso entre los líderes. Hasta el último momento se intentaba persuadir a Trump. Este lunes, el presidente estadounidense, que había comenzado la jornada con una reunión bilateral con su anfitrión —el primer ministro canadiense, Mark Carney— tenía previstas conversaciones informales con el canciller alemán, Friedrich Merz, y el primer ministro británico, Keir Starmer. Todos ellos apoyan la declaración. Los líderes continuarán sus intentos de persuadir a Trump en la sesión vespertina de la cumbre, que se dedicará a la seguridad global.
Hasta el momento, Trump se ha abstenido de reclamar una desescalada, ha elogiado los ataques israelíes y ha instado a Teherán a renunciar a sus actividades nucleares de inmediato para evitar ataques “mucho más brutales”, en lo que equivaldría a una rendición para Irán.
La ausencia de la firma del presidente estadounidense en la declaración supondría un duro golpe para las esperanzas de los promotores de presentar un frente unido entre las principales economías desarrolladas del mundo.
“Bajo el firme liderazgo del presidente Trump, Estados Unidos vuelve a encabezar los esfuerzos para restablecer la paz en el mundo. El presidente Trump seguirá trabajando para asegurarse de que Irán no puede obtener un arma nuclear”, ha declarado un alto cargo de la Casa Blanca.
Trump reiteraba este lunes sus llamamientos a Irán a aceptar el fin de sus actividades de enriquecimiento de uranio “antes de que sea demasiado tarde”. En declaraciones durante su encuentro con Carney, ha asegurado que Teherán desea hablar sobre una desescalada en las oleadas de bombardeos que intercambia con Israel desde el primer ataque israelí contra objetivos iraníes el jueves por la noche.
“Tienen que llegar a un acuerdo y es doloroso para ambas partes, pero diría que Irán no está ganando la guerra”, ha asegurado el presidente estadounidense, que ha matizado que Teherán “tuvo 60 días” para llegar a un acuerdo en las negociaciones con Washington sobre su programa nuclear, sin que hubiera aceptado las propuestas que sus interlocutores le presentaban.
El presidente estadounidense había dado en abril un ultimátum de 60 días a Irán para negociar y llegar a un acuerdo para poner fin a sus actividades nucleares. El primer bombardeo israelí, contra objetivos nucleares de Teherán y sus líderes militares y paramilitares, llegó cuando se cumplía el día 61.
Ausencia de Rusia
En sus declaraciones junto al anfitrión del G-7, Trump también ha hecho referencia a la guerra en Ucrania, conflicto cuyo origen ha parecido atribuir a la expulsión de Rusia de este grupo de economías desarrolladas en 2014. Los miembros decidieron la salida de Moscú del G-7 como castigo a la anexión rusa de Crimea, pero el presidente estadounidense ha alegado que la ausencia de Rusia impidió que hubiera un diálogo que habría cambiado las cosas. “El G-7 solía ser el G-8… la expulsión fue un error”, ha asegurado. El presidente ruso, Vladímir Putin, “habla conmigo y no con nadie más porque se sintió muy insultado por la expulsión”, ha añadido Trump.
Las declaraciones del mandatario estadounidense sobre el papel de Rusia llegan en vísperas de que el G-7 dedique su sesión plenaria en la mañana del martes a tratar sobre la guerra en Ucrania, otra de las áreas donde se prevén enormes diferencias entre Estados Unidos y el resto de miembros del grupo de democracias desarrolladas. Trump tiene previsto celebrar una reunión también este martes con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, que aspira a convencer a su homólogo de la necesidad de imponer nuevas sanciones contra Moscú.
El bloque europeo trata de persuadir a Trump de que apoye nuevas sanciones, incluida una nueva reducción a 45 dólares por barril del precio al que Rusia puede vender su petróleo, su principal fuente de divisas. La UE desea que el G-7 apoye la medida, pero hoy por hoy no está claro que el estadounidense, que en general se muestra del lado de Moscú en el conflicto, vaya a darle su respaldo.