Apenas horas antes de su reunión en la Casa Blanca este lunes, clave para el futuro de Ucrania, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha incrementado la presión sobre el líder ucranio, Volodímir Zelenski. En un mensaje en su red social, Truth, el republicano ha instado a su homólogo a aceptar la paz con Rusia. También ha precisado que Kiev no puede aspirar a “recuperar Crimea”, la península que Rusia ocupó en 2014, ni tampoco “unirse a la OTAN”.
Según la agenda pública que ha distribuido la Casa Blanca a última hora del domingo, Zelenski y los aliados europeos que le acompañan llegarán a la residencia del presidente estadounidense a mediodía, hora de Washington (18.00 hora peninsular española). Trump celebrará una reunión bilateral de una hora con el ucranio a las 13.15 en el Despacho Oval. Después habrá una foto de familia, y un encuentro con los líderes visitantes a las 15.00. Esta última cita tendrá lugar en la sala Este, la mayor de la zona residencial de la Casa Blanca: en toda el ala oeste, donde se desarrollan las funciones ejecutivas, no hay una habitación lo suficientemente grande como para acogerlos a todos.
En su mensaje en redes, Trump viene a dejar la pelota del lado de Zelenski en la responsabilidad de acabar la guerra. El líder del país ocupado “puede acabar la guerra con Rusia casi inmediatamente si quiere, o puede seguir peleando”, escribe, repitiendo una idea que ya había formulado tras su cumbre con Vladímir Putin en Alaska el viernes. Entonces, había asegurado que “ahora depende del presidente Zelenski lograrlo [el acuerdo de paz]”.
“Recuerden cómo empezó. No recuperar la Crimea regalada por Obama hace doce años y no entrada en la OTAN para Ucrania. ¡Algunas cosas no cambian nunca!”, agrega el presidente estadounidense en su mensaje del domingo.
La reunión con Zelenski llega tres días después de la que mantuvo con el líder ruso, Vladímir Putin, en Alaska, sobre el futuro del conflicto y tras la que el estadounidense parece haber vuelto a aceptar las exigencias de Moscú. Trump anunciaba que deja de exigir un alto el fuego como paso previo a las negociaciones, como reclamaban Ucrania y los europeos y algo que el ruso esquivaba aceptar.
Más tarde trascendía que el plan que el autócrata ruso —agasajado por Trump en Alaska como un igual— presentó al estadounidense, y este trasladó a los aliados occidentales, propone hacerse con el control completo del Donbás (las provincias de Luhansk y Donetsk), incluidas las zonas bajo control de las fuerzas ucranias, a cambio de congelar la línea de frente. Putin también insistía en su declaración tras el encuentro en que para poner fin al conflicto es necesario atajar “las causas de la guerra”. Con esa expresión, Moscú exige el bloqueo definitivo a la entrada de Ucrania en la OTAN y la drástica limitación del suministro de armamento occidental al país ocupado.
Zelenski llegaba en la noche del domingo para una reunión clave para el futuro de su país, en la que él y los europeos quieren poner el énfasis en la necesidad de que Ucrania reciba garantías creíbles de seguridad en cualquier tipo de acuerdo de paz. En un mensaje en la red social X declaraba que la paz “debe ser duradera. No como hace años, cuando Ucrania se vio obligada a ceder Crimea y parte del Donbás, y Putin lo utilizó simplemente como plataforma para su siguiente invasión”. “Rusia tiene que ser quien ponga fin a la guerra que empezó”, declaraba el líder ucranio.
El líder ucranio comparece en Washington acompañado por una larga lista de líderes europeos para respaldarle: la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen; el canciller alemán, Friedrich Merz; los presidentes de Francia, Emmanuel Macron; de Finlandia, Alexander Stubb, así como la jefa del Gobierno italiano, Giorgia Meloni; el primer ministro británico, Keir Stamer, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
En un segundo mensaje en sus redes, Trump ha hecho referencia a la visita de los líderes europeos: “gran día en la Casa Blanca mañana. Nunca hemos tenido tantos Líderes Europeos a la vez. ¡Es un gran honor recibirles!”.
Los europeos quieren asegurarse de que el ucranio no recibe el mismo trato que hace seis meses, en su última visita al Despacho Oval, cuando Trump y el vicepresidente J.D. Vance le abroncaron muy públicamente por pedir ayuda contra Rusia. También quieren dejar clara ante al estadounidense sobre su posición de solidaridad con Ucrania y su rechazo al plan de Putin, y demostrar su unidad para que el final de la invasión no sea algo decidido entre Washington y Moscú y que Ucrania no tiene más remedio que aceptar. Casi todos los países europeos —especialmente los más próximos a la frontera con Rusia— entienden que la seguridad del continente pasa por el futuro de Ucrania.