Reino Unido, Francia y Alemania prefieren evitar cualquier exhibición pública de desacuerdo ante la gravedad de lo que está ocurriendo en Gaza y mostrar la mayor firmeza posible con una posición común. En un comunicado conjunto emitido este mismo viernes, han exigido a Israel que ponga fin a “la catástrofe humanitaria” en la Franja, pero han evitado cualquier referencia al reconocimiento de un Estado palestino, el punto en el que existen más divergencias entre los tres gobiernos.
El primer ministro británico, Keir Starmer, había convocado con urgencia este viernes a Emmanuel Macron y Friederich Merz para celebrar una reunión por videoconferencia, con el objetivo de “acabar con las matanzas, lograr que lleguen los alimentos a la Franja y comenzar a construir una paz duradera en la región”. Las imágenes de hambruna en Gaza, por la imposibilidad del acceso a la zona de la ayuda humanitaria, han comenzado a agitar las opiniones públicas de los tres países y a incrementar la presión sobre sus respectivos responsables políticos.
Macron acudía al encuentro poco después de haber anunciado su intención formal de reconocer al Estado palestino el próximo septiembre, cuando asista a la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York. Francia se suma así a 148 países, España incluida, que ya han dado ese paso. Pero la dimensión del anuncio es muy superior, porque se trata de un Estado que es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, y que cuenta con una importante población judía. La decisión de Macron ha dividido profundamente a un país con una alta y diversa sensibilidad respecto a Israel.
Los Gobiernos del Reino Unido y de Alemania mantienen todavía una estrategia de aparente prudencia, convencidos de que el reconocimiento de Palestina solo puede ser el final, no el principio, de un largo proceso de negociación política, que incluya la desaparición de Hamás y la desmilitarización de la zona. Por eso, el comunicado conjunto ha evitado una mención expresa a esa posibilidad, aunque ha lanzado una advertencia a Israel ante las aspiraciones expansionistas de miembros de su Gobierno y del movimiento de colonos a los que dan respaldo.
“Nos oponemos firmemente a todos los intentos de imponer la soberanía israelí en los Territorios Ocupados Palestinos. Las amenazas de anexión, asentamientos, y actos de violencia de los colonos contra los palestinos socavan la perspectiva de una solución negociada de dos Estados”, dice el comunicado de los tres países.
Los tres mandatarios centran sus demandas en poner fin a la situación desesperante de falta de alimentos que sufre la Franja, y reclama a Israel que “cumpla con las obligaciones que le impone el derecho internacional humanitario. “La catástrofe humana que estamos presenciando en Gaza debe terminar ya. Las necesidades más básicas de su población, como el acceso a agua y comida, deben ser satisfechas sin mayores dilaciones. Retener ayuda humanitaria esencial para que no llegue a la población civil es inaceptable”, señalan los líderes del Reino Unido, Francia y Alemania. “Reclamamos al Gobierno de Israel que levante de inmediato esas restricciones al flujo de ayuda, y que permita con urgencia a la ONU y otras organizaciones humanitarias poder llevar a cabo su trabajo para evitar la hambruna”, exigen.
La presión sobre Starmer
El primer ministro británico se enfrenta a una presión cada vez mayor dentro de su propio partido, el laborista, por la tibieza y el cálculo que ha desplegado hasta ahora en el conflicto que enfrenta a Israel con Hamás. Starmer se ha mostrado en todo momento muy inclinado del lado israelí, y ha realizado un seguimiento notable de la estrategia desplegada por la Casa Blanca de Donald Trump.
Aunque no le ha quedado más remedio que ir endureciendo su mensaje contra el Gobierno de Benjamín Netanyahu, para sofocar su propia revuelta interna -este mismo jueves, Downing Street definía el sufrimiento y la hambruna en Gaza como “indefendible y horrible”-, Starmer sigue teniendo enfrente un amplio número de diputados descontentos. Más de doscientos (221, según el último recuento) han firmado una carta en la que exigen al Gobierno británico que reconozca ya al Estado palestino. La mayoría de ellos pertenece a los grupos parlamentarios laborista, liberal-demócrata y de los nacionalistas escoceses, pero al menos una docena procede de las filas del Partido Conservador.
“El reconocimiento británico de Palestina sería especialmente potente, dado el papel del país como autor de la Declaración Balfour [de 1917, que expresó el apoyo a la creación de “un hogar nacional para el pueblo judío” en Palestina] y como potencia que controlaba el Mandato en Palestina”, dice el texto. “Desde 1980 hemos respaldado una solución de dos Estados [Israel y Palestina]. El reconocimiento concedería relevancia a esa posición, así como haría justicia a la responsabilidad histórica que tenemos con aquellos que vivieron bajo ese mandato”, afirma la carta.
El comunicado conjunto firmado este viernes por el Reino Unido, Francia y Alemania expresa la voluntad de los tres, junto a otros socios internacionales, de trabajar por el desarrollo de un plan específico y creíble para Gaza, que asegure un gobierno de transición, medidas de seguridad y la llegada de ayuda humanitaria. “Todo esto deber estar acompañado de la retirada de las tropas de Israel y la eliminación del liderazgo de Hamás, como pasos clave para la negociación de una solución de dos estados”, afirman.