Rusia proseguirá con la invasión de Ucrania pese a las amenazas de Donald Trump. El presidente de Estados Unidos ha dado un brusco golpe de timón en los últimos días: de ser conciliador y creer que Vladímir Putin quería sellar la paz, a descubrir que su homólogo ruso no tiene intención de terminar la guerra. Trump anunció el lunes que transferiría a Ucrania, previa adquisición europea, defensas antiaéreas y armamento, sin especificar. Además, planteó un órdago a Moscú: si en 50 días no da señales de que quiere poner fin a la contienda, le impondrá sanciones económicas draconianas. Tanto el Kremlin como hombres de confianza de Putin han advertido de que el presidente estadounidense no impedirá sus objetivos bélicos y solo da falsas esperanzas a Ucrania.
“50 días, antes eran 24 horas [Trump dijo que acabaría con la guerra en un día], luego fueron 100 días… Hemos aguantado todo esto, llevamos todo este tiempo aguantando las sanciones”, ha dicho este martes el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. “Rusia se ha adaptado a las sanciones hasta ahora y se adaptará a las nuevas”, ha remarcado Lavrov, y ha añadido una amenaza: “Aquellos que inician una guerra de sanciones contra Rusia acabarán hundidos en el mismo agujero que han cavado para su hermano [Ucrania]”.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha señalado que Moscú “considera en serio algunas de las declaraciones de Trump porque van dirigidas personalmente al presidente Putin”. Trump ha reiterado este julio que se siente decepcionado con Putin. Peskov ha dicho que el nuevo apoyo estadounidense a Kiev “será percibido por Ucrania no como una señal de paz sino como una señal para proseguir la guerra”. Las palabras de Peskov contrastan con la decisión de Putin de rechazar un alto el fuego sin condiciones propuesto por Trump y el presidente ucranio, Volodímir Zelenski.
“Trump lanzó un ultimátum teatral al Kremlin”, ha escrito en sus redes sociales Dmitri Medvedev, expresidente ruso y miembro del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, “El mundo tembló esperando las consecuencias. La Europa de la guerra se sintió decepcionada. A Rusia le ha dado lo mismo”.
Ucrania ha recibido la nueva posición de Trump con ambivalencia. La oficina del presidente ha celebrado que EE UU se disponga a multiplicar los recursos antiaéreos ucranios —a diferencia del apoyo durante los años del presidente Joe Biden, esta asistencia será pagada por los aliados europeos—, pero ha evitado comentar el plazo de 50 días para aplicar nuevas sanciones. Son precisamente dos meses lo que queda de tiempo para finalizar la época de calor y escasas lluvias, momento en el que las tropas rusas están llevando a cabo una ofensiva de verano, incrementando su presión en múltiples frentes.
Ha sido un político de la oposición a Zelenski, Vitali Klitschko, alcalde de Kiev, quien ha sido más claro mostrando la posición compartida de forma unánime en Ucrania: “Por un lado estoy satisfecho por esta ola de apoyo de Estados Unidos, pero por otro lado, no entiendo por qué hay que dar 50 días al Kremlin y a Putin”. Klitschko, en declaraciones a la televisión alemana ARD, opina que Trump sigue pensando, errónamente, que Putin aceptará de forma voluntaria negociar la paz.
“Ahora es el momento de aprobar sanciones fuertes sobre Moscú y sincronizarlas con EE UU. Necesitamos implementar al máximo estas sanciones para privar a Rusia de sus ingresos por el petróleo que alimentan la guerra”, afirmó el lunes el ministro de Exteriores de Ucrania, Andri Sibiga. “50 días es un tiempo muy largo”, agregó la comisaria de asuntos exteriores de la UE, Kaja Kallas. “50 días es un tiempo muy largo sobre todo si vemos cada día morir a civiles inocentes”, apuntó Kallas en una entrevista en el diario The Telegraph.