Los servicios de inteligencia de Países Bajos afirman que el ejército ruso utiliza de forma generalizada armas químicas en la guerra de Ucrania. Además del gas lacrimógeno, figuran entre el arsenal detectado sustancias como la cloropicrina, que puede ser mortal en altas concentraciones en espacios cerrados. Su uso viola la Convención sobre las Armas Químicas, firmada por Moscú. El ministerio neerlandés de Defensa, que ha informado al Parlamento, ha hecho públicos este viernes los resultados de las investigaciones de sus agencias de espionaje en un momento de escasez de municiones por parte de Kiev.
Las investigaciones han sido llevadas a cabo por el Servicio General de Inteligencia y Seguridad (AIVD por sus siglas neerlandesas) y por su homólogo militar (MIVD), y han interceptado instrucciones que revelan el manejo de este tipo de armamento “de manera habitual” por parte de las fuerzas armadas rusas. Aparte del gas lacrimógeno, señalan el uso de la cloropicrina, prohibida en operaciones militares y utilizada por el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial. Es un fungicida que, en concentraciones elevadas, puede causar irritaciones y problemas respiratorios graves. Dado que se trata de un producto con aplicaciones civiles, su fabricación a gran escala está sujeta al régimen de inspección de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). Rusia ha intentado sin éxito formar parte del consejo ejecutivo de la misma, y esta es una de la razones por las cuales Ruben Brekelmans, ministro neerlandés de Defensa, en funciones, ha desvelado la información de los servicios secretos.
En un mensaje publicado en su cuenta de X, el ministro ha reconocido: “Nuestros servicios de inteligencia hacen público que Rusia está yendo cada vez más lejos en el uso de armas químicas en Ucrania”. Y ha añadido: “Tras el gas lacrimógeno, Rusia está utilizando cloropicrina, una sustancia más potente y prohibida. Esto es inaceptable: ¡Más sanciones y aislamiento para Rusia; más apoyo a Ucrania!”.
En el frente ucranio, la cloropicrina se utiliza para expulsar a los soldados de sus trincheras para después atacarlos. Brekelmans ha concedido una entrevista al rotativo neerlandés NRC donde asegura: “Vemos que Rusia está dispuesta a ignorar todas las normas internacionales. Es horrible e inaceptable”, dice. Para su investigación, los expertos del AIVD y el MIVD han colaborado con otros servicios asociados, entre ellos, el Servicio Federal de Inteligencia de Alemania (BND).
El Gobierno ucranio advierte desde hace meses de la presencia de armas químicas en su territorio, y según Brekelmans, la OPAQ —con sede en La Haya— ha recibido al menos 9.400 denuncias de esta clase desde Kiev. En función de los datos del ministro, tres militares ucranios han fallecido debido al contacto con la cloropicrina, y otros 2.500 han tenido que ser hospitalizados con síntomas de intoxicación. Sin embargo, el número de muertos “indirectos” puede ser mayor porque al expulsar a los soldados de sus refugios pueden ser abatidos con armas convencionales. Este tipo de armas químicas es lanzado con drones sobre el frente. Rusia y Ucrania se han acusado mutuamente de usar arsenal químico ilegal.
La revelación de los servicios de inteligencia neerlandeses llega en un momento en que Ucrania afronta una notable escasez de municiones, después de que esta misma semana el Departamento de Defensa de los Estados Unidos anunciase que suspenderá el envío de cierto tipo de suministros. En la lista aparecen los misiles para el sistema de defensa aérea Patriot, debido a la disminución de las reservas de armamento estadounidense. Como consecuencia del parón, las tropas ucranias dispondrán de menos medios para repeler los ataques rusos con drones y misiles. Brekelmans constata en la misma entrevista que la escasez de sistemas Patriot es mundial, “y hay que aumentar y acelerar su producción”, afirma.
Los expertos del AIVD y MIVD de Países Bajos no tienen por ahora constancia de que Rusia lance gases nerviosos, que son mortales. De todos modos, indican que si bien Rusia usaba al principio de la guerra gases lacrimógenos no letales —aunque prohibidos en este contexto— “el uso habitual de la cloropicrina es un nuevo paso y esto no solo es peligroso para Ucrania sino para todo el mundo”, en palabras de Brekelmans.