Los fabricantes de automóviles de la Unión Europea tendrán que cumplir una reducción del 90% de las emisiones de CO2 a partir de 2035, en lugar del 100% establecido anteriormente en la legislación de la UE, según ha anunciado hoy la Comisión Europea, revocando una polémica prohibición total de los vehículos con motor de combustión interna (ICE) adoptada en marzo de 2023.
Los fabricantes tendrán que compensar el 10% restante de las emisiones utilizando acero bajo en carbono producido en la UE o combustibles sostenibles como los carburantes electrónicos y los biocarburantes.
La industria podrá seguir fabricando híbridos enchufables, vehículos de autonomía extendida, híbridos suaves y vehículos con motor de combustión interna más allá de 2035. También se fomentarán los vehículos totalmente eléctricos y los vehículos de hidrógeno, y los fabricantes de automóviles podrán recibir “supercréditos” por producir coches eléctricos pequeños y asequibles fabricados en la Europa de los Veintisiete.
“Mantenemos el rumbo hacia una movilidad sin emisiones, pero introduciendo algunas flexibilidades para que los fabricantes cumplan sus objetivos de CO2 de la forma más rentable”, declaró el lunes a la prensa el comisario de Acción por el Clima, Wopke Hoekstra. Según Hoekstra, con el nuevo paquete de medidas para el sector del automóvil “todos ganamos”, ya que los fabricantes dispondrán de más flexibilidad y se creará un mercado líder para el acero limpio.
El comisario de Transportes, Apostolos Tzitzikostas, saludó la “gran decisión” de reducir el objetivo de 2035 al 90%. “Es una señal clara de que después de 2035 se podrán comercializar otras tecnologías distintas de los vehículos eléctricos de batería“, añadió Tzitzikostas, señalando que los consumidores tendrán libertad para decidir qué tecnología quieren conducir. A pesar de algunos llamamientos dentro del sector automovilístico para que se mantenga la prohibición y se invierta más en electrificación, la gran mayoría de los fabricantes de automóviles han instado a la UE a replantearse sus políticas, alegando que sus negocios están agonizando frente a la competencia de China y Estados Unidos.
Alemania, Italia y otros Estados miembros también han presionado al Ejecutivo comunitario para que retire la prohibición, alegando que el tejido social de sus economías, apuntalado por la industria automovilística, está desapareciendo. Afirman que sus fabricantes de automóviles están luchando contra los altos precios de la energía, la escasez de componentes para automóviles, incluidas las baterías, y la insuficiente demanda de vehículos eléctricos (VE) por parte de los consumidores.
Se espera que el gigante automovilístico alemán Volkswagen deje de fabricar vehículos en su planta de Dresde, lo que supondría la primera vez en los 88 años de historia del fabricante de automóviles que cerrará la producción en Alemania, según han informado recientemente los medios de comunicación.
Bulgaria, la República Checa, Alemania, Hungría, Italia, Polonia y Eslovaquia fueron algunos de los países de la UE que pidieron a la Comisión que reconsiderara la prohibición de los motores de combustión interna en 2035 y considerara la venta de vehículos híbridos en el marco de la ley. Francia y España querían mantener la prohibición, pero pidieron al Ejecutivo comunitario que apoyara la producción nacional.
¿Pueden la flexibilidad y la electrificación ir de la mano?
El veterano legislador Peter Liese, del Partido Popular Europeo (PPE), acogió con satisfacción la actualización del Ejecutivo comunitario, afirmando que la neutralidad tecnológica y la neutralidad climática “son compatibles y deben conciliarse”. “El futuro pertenece a la electromovilidad, y yo también lo creo. No debemos cejar en nuestro apoyo a la electromovilidad, especialmente cuando se trata de ampliar la infraestructura de recarga”, dijo Liese.
Sigfried de Vries, secretario general de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, afirmó que “la flexibilidad es urgente”, pero mantuvo el compromiso del sector con la descarbonización. “Los fabricantes de automóviles han invertido cientos de miles de millones de euros y han sacado al mercado más de 300 modelos electrificados. No puede haber ninguna duda sobre su compromiso”, dijo De Vries.
De Vries celebró la flexibilidad de la Comisión para permitir el cumplimiento de los objetivos de reducción de CO2 de aquí a 2030 y la neutralidad tecnológica más allá de 2035.
Chris Heron, secretario general de E-mobility Europe, asociación que defiende la movilidad eléctrica, lamentó la decisión de la Comisión, ya que creará más incertidumbre entre los inversores. “Sabemos que el futuro del transporte es eléctrico. “Lo que no está decidido es quién lo construirá. Los titubeos o las señales contradictorias corren el riesgo de socavar la certidumbre inversora que necesitan los fabricantes de baterías, los fabricantes y las redes para crecer. El mensaje para los responsables políticos es sencillo: mantener la ambición y dar claridad a la industria”.
Cambio de mentalidad
La decisión de prohibir la venta de coches y furgonetas nuevos con motores de combustión interna para 2035 formaba parte del Pacto Verde Europeo, el programa insignia de la UE para alcanzar la neutralidad climática en 2050, que impulsó el primer mandato de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión entre 2019 y 2023.
Pero los vientos cambiaron con las elecciones europeas de 2024. Los legisladores verdes del Parlamento Europeo sufrieron un duro golpe, y la cámara pasó a estar dominada por el PPE de centro-derecha y la extrema derecha, con nuevos partidos como Patriotas por Europa y la Europa de las Naciones Soberanas influyendo cada vez más en la formulación de políticas.
El legislador alemán Manfred Weber, líder del PPE, ha sido uno de los muchos centristas que se han opuesto a la prohibición de los CIE en 2035, alegando que era demasiado pronto para que la industria se adaptara a la transición. Weber declaró recientemente a los medios alemanes que la intención de la UE de abrir la ley enviaría una señal importante “a toda la industria del automóvil y aseguraría decenas de miles de puestos de trabajo industriales”.
Lars Aagaard, ministro danés de Clima, Energía y Servicios Públicos, en nombre de la Presidencia danesa de la UE, dijo que la revisión de la prohibición de los motores de combustión interna en coches y furgonetas debe ajustarse al objetivo climático de 2040. “Analizaremos la propuesta de la Comisión. Después, como danés de nuevo, estudiaremos cuál será nuestra postura”, declaró Aagaard el lunes al margen del Consejo de Medio Ambiente.
La propuesta de la Comisión se negociará ahora entre el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo. La Presidencia chipriota entrante de la UE mediará en las negociaciones políticas a partir de enero de 2026.
