La derecha tradicional francesa, la que encarna el partido de Los Republicanos, ha elegido este domingo como líder a Bruno Retailleau (Cholet, 1960), ministro del Interior y el miembro más popular del actual Gobierno. Se ha impuesto con el 74% de los votos de los militantes frente a su rival, el jefe de filas de la formación en la Asamblea Nacional, Laurent Wauquiez (Lyon, 1975), que ha obtenido un 25%. Ha sido tras tres meses de campaña y en una votación que ya mira a las elecciones presidenciales de 2027.
Los resultados los anunció la secretaria del partido, Annie Genevard. “Esta es una oportunidad para que la derecha encuentre su espacio (…) Tenemos el reto de restaurar el orden, el reto de la nación y el de los valores comunes. Mañana se abre una nueva página para Los Republicanos”, ha dicho pasadas las seis y media, tras anunciar el escrutinio.
Esta elección se produce en un momento en el que la derecha conservadora, que gobernó bajo otras siglas (UMP) con Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, busca recuperar su espacio y su peso político. Este quedó diluido cuando Emmanuel Macron llegó al poder en 2017. Se hundió más tras la derrota de Valerie Pecresse en 2022, candidata en las presidenciales. Apenas consiguió un 4,8% de los votos.
Hoy, sin embargo, el macronismo está en sus horas más bajas y la extrema derecha está intentando recomponerse tras la inhabilitación de Marine Le Pen, líder de Agrupamiento Nacional, que no podrá presentarse a las presidenciales de 2027 tras haber sido condenada hace unas semanas por desvío de fondos.
El aumento de las adhesiones al partido hacía presagiar la victoria de Retailleau. La formación había perdido miles de militantes, pero desde febrero, cuando arrancó la campaña interna para elegir a su líder, estos han pasado de 43.869 a 121.617, un tercio más. Es lo que llaman algunos “el efecto Retailleau”.
Este representa la línea dura del Gobierno en temas como la inmigración o la seguridad. Desde que fue nombrado ministro el pasado mes de septiembre, ha ido endureciendo su discurso, acercándose al electorado lepenista, con la ley de lucha contra el narcotráfico o su postura en la última crisis con Argelia, país al que el ministro acusa de no aceptar a los ciudadanos con orden de expulsión que París les envía.
Hace una semana presentó una batería de medidas para complicar a los extranjeros la obtención de la nacionalidad francesa. Retailleau reemplaza en la presidencia del partido a Eric Ciotti, que fue expulsado del partido hace casi un año, tras aliarse con Marine Le Pen en las últimas elecciones legislativas de junio, las que convocó de manera anticipada Macron.
Los Republicanos han sacado provecho de la crisis desatada tras las legislativas anticipadas del pasado julio, que acentuó la polarización en la Asamblea, dividida en tres bloques. El partido de Le Pen fue el más votado, pero al final se impuso la izquierda, que se presentó en bloque. A pesar de que la formación conservadora apenas tuvo un 7% de votos, Macron nombró a un primer ministro republicano, Michel Barnier. Con 48 diputados y con mayoría en el Senado, tienen aún cierta posición de fuerza. El macronismo, que en 2017 y 2022 arrastró a este partido, se ha apoyado en él estos últimos meses para frenar el auge de los extremos.
Wauquiez, que ya ocupó la presidencia del partido entre 2017 y 2019, había reprochado a Retailleau haber entrado en un Gobierno macronista. “Esta campaña ha sido digna, se ha hecho con respeto y con compromiso”, ha señalado tras conocer su derrota. Ha destacado además que lo importante para el país es que “la derecha esté unida”. “Divididos, vamos a perder”, dijo.