Lisboa ha amanecido este jueves aún conmocionada por la tragedia vivida pocas horas antes, al descarrilar un funicular que provocó la muerte de 15 personas y heridas a una veintena, entre ellas dos personas de nacionalidad española, que ya han recibido el alta hospitalaria. Entre los fallecidos se encuentra el guardafrenos del funicular, André Jorge Gonçalves Marques.
El suceso ha llevado al Ayuntamiento de Lisboa a suspender el servicio de tres funiculares históricos de características similares al siniestrado, que son una de las grandes atracciones turísticas de la ciudad. Así, los elevadores de Graça, Bica y Lavra, que salvan grandes desniveles, están interrumpidos de momento por decisión del Ayuntamiento de Lisboa, que ha decretado tres días de luto oficial. Este jueves el duelo institucional se extiende a todo el país.
El funicular de la Gloria, donde se registró el accidente pasadas las 18.00 del miércoles, conecta la plaza de los Restauradores, en la parte baja de la capital portuguesa, con el Barrio Alto. Comenzó a funcionar en 1885 y fue electrificado a comienzos del XX. Transporta al año a cerca de tres millones de viajeros, en su mayoría turistas, que quieren conocer uno de los medios de transporte históricos de la capital portuguesa.
Los populares carruajes amarillos de tranvías y funiculares constituyen uno de los símbolos de Lisboa más fotografiados y solicitados por los visitantes.
El accidente ocurrió a las 18.05 (una hora más en la España peninsular) cerca del inicio del trayecto, en las cercanías de la plaza de los Restauradores, debido a la rotura de un cable de seguridad, que habría provocado el descontrol del vehículo y su descenso acelerado por la pendiente que une la zona alta con la Baixa pombalina. El funicular se convirtió en un amasijo de chatarras tras embestir contra un edificio de la calzada de la Gloria.
El siniestro también afectó al segundo funicular que presta este servicio, que se encontraba detenido al principio de la calzada de la Gloria con algunos pasajeros en su interior y que fue desplazado unos metros al romperse el cable de seguridad del vehículo que descendía.
Los heridos, entre los que se encuentra un niño de tres años, según algunos medios locales, fueron trasladados a tres hospitales de Lisboa (Santa María, San José y San Francisco Javier) y otros centros sanitarios de localidades cercanas como Cascais. Esos medios señalaron que siete de ellos se encontraban en estado grave.
Una testigo del siniestro declaró a la cadena SIC que observó al transporte descender “desenfrenado” por la pronunciada cuesta por donde circula hasta colisionar contra un inmueble. “Chocó con una fuerza brutal en un edificio y se deshizo como una caja de cartón, no tenía ningún tipo de freno”, relató la mujer.