La Unión Europea y Canadá responden a la sacudida geoestratégica y comercial que les ha planteado su primer socio, Estados Unidos, estrechando más aún sus relaciones. Bruselas y Ottawa han celebrado este lunes una cumbre en la capital comunitaria y la han acabado firmando un acuerdo de seguridad y defensa. “Nos hemos reunido para renovar nuestro compromiso duradero y dar un paso decisivo para reforzar aún más la asociación estratégica entre la Unión Europea y Canadá”, subraya la declaración suscrita por ambas partes al término de la cumbre.
“Esta asociación es más importante que nunca”, destaca el comunicado conjunto de la reunión, en la que participaron la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y el primer ministro canadiense, Mark Carney. Esas palabras las ha refrendado el portugués en sus declaraciones al acabar el encuentro, cuando ha sostenido que la relación entre ambas partes ha llegado a un “nivel sin precedentes”.
Entre la Unión y el segundo país más grande del mundo ya hay vínculos económicos, históricos y culturales muy estrechos. Pocos ejemplos más evidentes que el de su primer ministro, quien antes de ocupar este puesto fue gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra. Además, la UE y el país norteamericano ya tienen suscrito un acuerdo comercial, el CETA, que está parcialmente en vigor desde 2017.
Ahora se añade este acuerdo de seguridad y defensa, el primero que la UE firma con un país americano. Las empresas canadienses podrán optar a los programas de contratación del fondo conjunto de 150.000 millones de euros en créditos para la compra de armas. El encuentro de este lunes “marca el comienzo de un esfuerzo a largo plazo” que “promoverá los valores democráticos compartidos, la paz y la seguridad”, según el comunicado.
El objetivo de esta asociación estratégica en seguridad, para Canadá, es lograr más colaboración entre su industria de defensa y la europea, ha apuntado Carney. El primer ministro también ha señalado que hay campos en los que se puede cooperar más, como el espacio. Desde la óptica europea, Von der Leyen ha apuntado a desarrollar “capacidades juntos”.
Además del pacto en materia de defensa, las dos partes van a iniciar negociaciones para llegar a un “acuerdo digital” con el que “configurar normas mundiales sobre datos, por ejemplo, sobre la firma electrónica y protección del consumidor o límites al spam”. En ese acuerdo también hay espacio, ha señalado Costa, para “la inteligencia artificial” o la tecnología cuántica. Y, por supuesto, para una de las grandes necesidades europeas, las materias primas críticas de las que tanto carece la UE y que sí tiene el país norteamericano. “El 90% de los recursos mineros de Canadá se exportan, lo cual es música para nuestros oídos”, ha subrayado Von der Leyen,
Pocos países o áreas comerciales del mundo mantienen una relación más estrecha con los socios europeos. La tienen Noruega, Islandia o Liechtenstein, pero estos tres países forman parte del Espacio Económico Europeo. No se trata de eso, al menos, por el momento. Pero sí hay un alto valor simbólico en el encuentro de este lunes por la situación en que se encuentran las relaciones de la UE y Ottawa con Washington. “Canadá es el país más europeo de todos los que no están en Europa”, ha destacado Carney en la rueda de prensa junto a Von der Leyen y Costa. En esa línea, el portugués ha comenzado su intervención destacando que Canadá es “un amigo especial”.
Canadá lleva meses oyendo cómo Donald Trump lo ningunea e insta a convertirse en el Estado número 51 de EE UU. Incluso, ha sufrido varias subidas de aranceles pese a tener suscrito un tratado de libre comercio con Washington y México. Bruselas, por su parte, ve cómo desde la Casa Blanca se lanzan amenazas en plena negociación comercial por la guerra arancelaria emprendida por el presidente estadounidense, o cómo este no deja pasar la ocasión de humillar a sus socios del otro lado del Atlántico subrayando lo mal que, en su opinión, trata la UE a su país.