Israel no está cumpliendo con sus obligaciones en materia de derechos humanos con su ofensiva militar en Gaza. Así se constata en el informe elaborado por el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) que dirige la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, para revisar si el Gobierno de Benjamín Netanyahu cumple el artículo 2 del Acuerdo de Asociación UE-Israel. Dicho artículo establece que las relaciones entre las dos partes, en el marco del que se ha convertido en el principal instrumento de intercambios políticos y comerciales entre el bloque europeo y el Estado judío, “se basarán en el respeto de los derechos humanos y los principios democráticos”.
Se trata del primer documento europeo que concluye, casi sin matices, que Israel está incumpliendo sus obligaciones internacionales, particularmente las adquiridas con la Unión Europea. “En base a los análisis realizados por instituciones internacionales independientes (…) existen señales de que Israel incumpliría sus obligaciones en materia de derechos humanos en virtud del artículo 2 del Acuerdo de Asociación UE-Israel”, señala el informe, al que ha tenido acceso EL PAÍS.
Aunque parece una conclusión cuanto menos tímida, las siete páginas del informe, en las que se hace un repaso de los principales hallazgos de diversas organizaciones e instituciones internacionales que han analizado la actuación israelí en Gaza desde el inicio de la ofensiva en octubre de 2023, hacen una exposición de hechos devastadora.
Así, entre otros, se recoge que el bloqueo y asedio de Gaza por Israel equivale a un “castigo colectivo” prohibido por el derecho humanitario internacional y que también podría considerarse que Israel ha hecho “uso del hambre como método de guerra” —otro extremo prohibido— al haber privado a la población civil del derecho a alimento, agua y salud.
El informe será analizado por los ministros europeos de Exteriores en Bruselas este lunes. En una muestra de la presión que rodea a este informe, la revisión del acuerdo ha sido realizada por un equipo muy reducido de responsables de la oficina de Kallas y no ha sido transmitida hasta el último momento a los Estados miembros, algunos de los cuales incluso han manifestado su malestar por la larga espera hasta recibir el informe por escrito, en la tarde del viernes.
Que el texto iba a constatar un incumplimiento de las obligaciones de Israel en materia de derechos humanos y derecho internacional era lo esperable. No solo porque las imágenes que llegan cada día desde Gaza no necesitan palabras; es que además ya existen informes previos, pedidos por el predecesor de Kallas, el español Josep Borrell, que constataron dichas violaciones graves hace un año. La duda estaba, en todo caso, en el nivel o gravedad de incumplimiento, cuestión clave para abrir —o cerrar— la vía a los próximos pasos pendientes. Y el lenguaje finalmente empleado es el más rotundo utilizado hasta ahora.
Parte de los miembros de la UE, como España, y de la sociedad civil ejercen una creciente presión sobre Israel y clama por medidas contundentes. Como por ejemplo la suspensión total e inmediata del Acuerdo de Asociación, algo que requiere unanimidad y que se descarta desde ya en la mayoría de las capitales. Pese a esto, los Veintisiete están lejos todavía de tomar una decisión firme a partir de este informe. Los más optimistas consideran que, como pronto, la Comisión Europea presentará “opciones” para actuar en el próximo Consejo de Exteriores, el 15 de julio.
La cita de este lunes servirá, sobre todo, coinciden diversas fuentes diplomáticas, para tomar el pulso a los países respecto a su voluntad de apretar más o menos a Israel. La decisión de revisar el artículo 2 del Acuerdo fue tomada con una mayoría mucho más amplia de lo esperado: 17 de 27 países lo apoyaron en la cita de ministros de finales de mayo, entre ellos Estados hasta ahora totalmente reacios a la más mínima crítica a Israel como Austria o Polonia. Pese a ello, no se trata, advierten las fuentes, de un bloque homogéneo a la hora de dar los siguientes pasos.
De ahí que Kallas quiera asegurarse de que sigue contando con el suficiente respaldo para, si se decide seguir adelante, proponer medidas concretas que requieren, como mínimo, una mayoría cualificada todavía no garantizada.
Lo más probable, consideran diversas fuentes consultadas, es que antes de reunir de nuevo a los ministros, Kallas presente su informe al Gobierno israelí. “[El objetivo es] dejarle claro que queremos un fin total e inmediato del bloqueo a la ayuda humanitaria, pasos significativos hacia un alto el fuego y que no se pongan más obstáculos para dificultar más aún una solución de dos Estados”, indica un alto diplomático europeo.
[Noticia de última hora. Habrá actualización en breve].