En un contexto de máxima tensión e incertidumbre sobre las negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania, la Unión Europea pisa el acelerador para aumentar la presión a Rusia, a la que Bruselas señala como el principal freno a un acuerdo de paz. El nuevo paquete de sanciones, el decimoséptimo, está ya prácticamente listo y la esperanza, según fuentes diplomáticas, es que sea aprobado en la próxima reunión formal de ministros de Exteriores, a finales de este mes. Según un borrador al que ha accedido EL PAÍS, el nuevo paquete se centra en sancionar a una quincena de individuos y casi medio centenar de entidades, entre ellas varias extranjeras —con sede en China y en Dubái— que apoyan la maquinaria de guerra rusa o aportan barcos a la llamada flota fantasma con la que Moscú evade el embargo al petróleo y otras exportaciones.
Todos los señalados son “responsables por acciones que minan o amenazan la integridad territorial, soberanía e independencia de Ucrania”, señala el texto, que se ha empezado a analizar este mismo miércoles y que se busca sea validado en el Consejo de Exteriores del 20 de mayo.
“Tenemos que poner más presión sobre Rusia”, ha subrayado la alta representante para Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, a su llegada a la reunión informal de ministros de Exteriores de la UE celebrada este miércoles en Varsovia. “Está claro que a Rusia no le interesa la paz (…), debemos debilitarla mediante sanciones”, ha añadido la ministra finlandesa de Exteriores, Elina Valtonen, a su llegada a la cita. Aunque no sea el paquete más duro que han elaborado los Veintisiete, es importante que en la actual situación geopolítica, acota una fuente diplomática, se dé una “señal fuerte” de que Europa, a la que Washington ha ignorado a la hora de negociar con Kiev y Moscú, sigue dispuesta a presionar a Rusia, mientras refuerza a Ucrania lo máximo posible de cara al día en que ambos países se sienten a una mesa de negociaciones en la que también reclama una silla.
La gran cuestión, una vez más, será si Hungría o Eslovaquia, cuyo primer ministro, Robert Fico, ha anunciado que acudirá este viernes al gran desfile militar organizado por el presidente ruso, Vladímir Putin, por el Día de la Victoria sobre el nazismo en Moscú, intentarán bloquear el nuevo paquete, que se avanza en momentos en que Estados Unidos no ha logrado aún arrancar de Moscú un compromiso a un alto el fuego. De hecho, la Administración de Donald Trump ha amenazado incluso con retirarse de las negociaciones. Tampoco ofrece garantías de seguridad a Ucrania, después de haber cerrado toda opción a que Kiev ingrese en la OTAN y de haber rechazado participar en una hipotética fuerza internacional desplegada en el terreno que están intentando organizar Londres y París.
El nuevo paquete no incluiría sanciones sectoriales como otros anteriores, sino que se limita a proponer agregar en la lista negra europea al menos a 15 ciudadanos rusos, en su mayor parte altos ejecutivos o responsables de empresas ligadas a la maquinaria de guerra de Rusia, y 45 entidades. Entre estas últimas, figuran media docena de compañías chinas y tres con sede en Dubái. Estas últimas son acusadas de haber facilitado “numerosos” barcos de la flota fantasma rusa. Por su parte, las chinas son sospechosas de proporcionarle a Rusia maquinaria o bienes usados con fines militares, especialmente drones o componentes para estos aparatos no tripulados, arma clave en el conflicto bélico que no acaba.
Las sanciones no son el único gesto contundente de la UE hacia Rusia en esta semana clave en la que Moscú quiere hacer ostentación de su poderío militar ante algunos mandatarios internacionales, entre ellos, previsiblemente, el chino Xi Jinping. La víspera, la Comisión Europea presentó un plan para lograr que la UE prescinda de todo el gas ruso para 2027. Y en el mismo día en que Vladímir Putin celebrará su desfile militar, se espera la llegada a territorio ucranio de varios ministros de Exteriores europeos —reunidos de forma informal desde este miércoles en Varsovia— como una muestra de respaldo a Ucrania frente a los alardes militares de Moscú. No será una mera foto: los ministros también anunciarán el respaldo político a la creación de un Tribunal Especial para el Crimen de Agresión contra Ucrania con el que se quiere juzgar a los más altos responsables políticos y militares rusos de la guerra lanzada por Moscú contra Kiev, según los planes.
Se trata de un paso clave —después de que el pasado febrero se sentaran en Bruselas las bases jurídicas necesarias— para lanzar este tribunal, con la idea de que el Consejo de Europa, que es el que deberá realizar las gestiones finales, comience a trabajar en ello tras la reunión anual de ministros de Exteriores de este organismo paneuropeo, en Luxemburgo el 14 de mayo, de acuerdo con fuentes conocedoras de los preparativos.
Por su parte, desde Estrasburgo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha instado a “acelerar la senda de Ucrania hacia la adhesión” a la UE. Esa puede ser, ha recalcado ante el pleno del Parlamento Europeo, “la mayor garantía de seguridad” para el país invadido.
La jefa del Ejecutivo comunitario ha informado de que la Comisión está trabajando a fondo con Ucrania para abrir cuanto antes el primer capítulo de conversaciones para la adhesión, y ha indicado que espera iniciar todos los demás este mismo año. Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha considerado la aceleración de la ampliación de la Unión, no solo a Ucrania, sino también a Moldavia y los Balcanes Occidentales, como “la mejor inversión geopolítica que puede hacer la Unión Europea para una Europa más fuerte, segura y democrática”. “Esta guerra ya ha transformado Europa y no podemos dar marcha atrás”, ha dicho ante la Eurocámara, en un discurso con ocasión del 80º aniversario del fin de la II Guerra Mundial.