Ucrania, protagonista absoluta en las últimas cumbres de la OTAN, ha visto por primera vez en tres años cómo su papel se reduce en la cita de La Haya de este martes y miércoles. Era algo intencionado, para reducir la posibilidad de roces con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que no ha querido hasta ahora aprobar nueva ayuda militar para Kiev y sostiene que lo que debe hacer el país ocupado es negociar la paz con Moscú. Pero aun con la participación en sordina del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, los líderes han querido enviar el mensaje de que el respaldo a Ucrania se mantiene y se refuerza.
El secretario general de la Alianza, Mark Rutte, ha reiterado que el camino de ese país a su ingreso en la organización es “irreversible”. Al mismo tiempo, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha apuntado a una aceleración del proceso para la entrada de Kiev en la Unión Europea.
Incluso el propio presidente estadounidense, Donald Trump, que en febrero abroncó públicamente al líder ucranio, ha confirmado mientras viajaba a La Haya que “probablemente” mantendrá este miércoles una bilateral con él. Trump había dejado plantado a Zelenski la semana pasada durante la cumbre del G-7 en Kananaskis (Canadá), donde ambos debían haberse reunido, pero el mandatario republicano decidió regresar precipitadamente a Washington ante la escalada en el conflicto entre Israel e Irán.
El que el estadounidense parezca de momento mirar con mejores ojos a Zelenski que en meses pasados, cuando llegó a acusarle de ser un “dictador” y de haber provocado la guerra, parece vinculado a una relativa caída en desgracia del presidente ruso, Vladímir Putin. La intensificación de los ataques rusos y las largas del jefe del Kremlin a aceptar un alto el fuego y negociar la paz ha exasperado al impaciente Trump, que antes de despegar de Washington arremetió contra el hombre que tantas veces ha declarado admirar. Putin, aseguró, le había ofrecido mediar ante Irán. “No necesito ayuda con Irán. Necesito ayuda para lidiar contigo. Espero que vayamos a terminar de lograr un acuerdo con Rusia” para acabar la guerra, dijo que le respondió.
En Washington, el teniente general Alexus Grynkewich, propuesto por Trump para ocupar el máximo puesto militar de la OTAN en Europa, aseguraba en el Senado: “Creo que Ucrania puede ganar [la guerra]. Cuando es tu propia patria la atacada, combates con una tenacidad que a duras penas nos podemos imaginar”.
Inicialmente, había llegado a estar en duda incluso que Zelenski fuera a acudir a La Haya. Formalmente, solo estaba invitado a la cena de gala con la que se inaugurará la cumbre. La única reunión específicamente sobre Ucrania en La Haya, también este martes, se había rebajado al nivel de ministros.
Pero el líder ucranio sí mantuvo reuniones bilaterales, con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y con los presidentes del Consejo Europeo, Costa, y de la Comisión, Ursula von der Leyen, entre otros. También participó, junto a ellos, en una sesión sobre la industria de defensa europea, antes de verse con el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Friedrich Merz.
El mensaje, en cada uno de estos encuentros, era unánime. Ucrania necesita más armamento. Ante la nula voluntad mostrada hasta ahora por Trump para aprobar nueva ayuda militar estadounidense al país ocupado, el resto de los aliados busca cubrir ese hueco. “Nos sigue haciendo falta defensa aérea. Necesitamos continuación, coproducción, mucho apoyo militar”, instaba Zelenski en su reunión con Rutte.
El anfitrión, Holanda, anunciaba a la llegada de Zelenski a su territorio un nuevo paquete de asistencia por valor de 175 millones de euros, que incluirá un centenar de radares antidron. Uno de los asuntos que el presidente ucranio quiere abordar en su reunión con Trump es la posibilidad de comprar armamento estadounidense, incluidos sistemas de misiles de defensa Patriot. También quiere persuadir al republicano de que apruebe más sanciones contra Rusia.
El secretario general aseguraba, por su parte, que en la declaración final de la cumbre “habrá lenguaje importante sobre Ucrania, sobre el apoyo a Ucrania, también financieramente”. En la cumbre del año pasado, en Washington, aún con el demócrata Joe Biden al frente de EE UU, la organización aseguró en su declaración final que el camino de Ucrania hacia el ingreso en la OTAN era “irreversible”. Pero desde su llegada a la Casa Blanca, la Administración Trump ha repetido que Kiev no llegará a ser miembro de la Alianza.
En su rueda de prensa el lunes, Rutte volvió a hacerse eco de aquel mensaje en Washington, y repitió la palabra “irreversible”. “El año pasado en Washington los aliados estuvieron de acuerdo en que para Ucrania hay un camino irreversible para ingresar en la OTAN. Eso sigue siendo verdad hoy, y seguirá siendo verdad el jueves, cuando esta cumbre haya terminado”, declaraba.
En su reunión con Zelenski este martes abundaba en esa idea. La necesidad de apoyar a Ucrania, aseguraba, queda demostrada con “los ataques indiscriminados” de las últimas dos semanas contra civiles. “Todo el mundo está muy motivado” para ayudar a Ucrania, reiteraba. El secretario general ha anunciado que los compromisos europeos ya alcanzan los 35.000 millones de euros en lo que va de año, frente a los 20.000 millones de los tres primeros meses.
Poco después, el ucranio recibía otro mensaje de apoyo europeo, en su reunión con Costa y Von der Leyen. Según fuentes europeas, las conversaciones se centraron especialmente en cómo el nuevo compromiso de gasto europeo en Defensa puede beneficiar a Ucrania. El presidente del Consejo apuntaba al ingreso de Kiev en la UE en el futuro. “Hemos alcanzado las condiciones para avanzar el proceso de negociaciones para el acceso a la Unión Europea”, prometía Costa.
Tras su agenda en La Haya, Zelenski viajará este mismo miércoles a Estrasburgo, donde firmará el acuerdo para el establecimiento del Tribunal Especial para Crímenes de Agresión contra Ucrania, con el que se quiere juzgar a los más altos responsables políticos y militares rusos de la guerra lanzada por Moscú contra Kiev, incluido, en algún futuro aún lejano, el propio Putin. “La justicia para Ucrania no tendrá que esperar”, ha celebrado Alain Berset, secretario general del Consejo de Europa, el organismo que debe crear la infraestructura para que pueda funcionar, incluso a partir del año que viene, el primer tribunal dedicado a este crimen concreto de agresión. De este modo, ha agregado, se demostrará la aplicación del derecho internacional “sin dobles estándares” y reafirmando que “la seguridad de Europa no se asienta en el silencio y la impunidad, sino en el derecho, los principios y las acciones”. Zelenski también está invitado a la cumbre de líderes de la UE en Bruselas el jueves, aunque su participación no se confirmará hasta el último momento.
