
Pese al despegue mundial de la inteligencia artificial (IA) y a que los gobiernos intentan tomar la delantera en esta tecnología, las desigualdades entre países podrían agudizarse sin medidas políticas contundentes, dando lugar a lo que los investigadores denominan la próxima gran divergencia, según un informe de la ONU.
El informe, publicado el martes por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), advierte de que una IA sin control podría revertir la tendencia a reducir las brechas de desarrollo que ha marcado buena parte del último medio siglo.
En un llamamiento urgente, señala que la adopción de la IA avanza en meses y no en décadas, y que muchos países carecen de la infraestructura, las competencias y los sistemas de gobernanza necesarios para aprovechar sus beneficios, al tiempo que afrontan las perturbaciones económicas y sociales que provoca.
“La línea de fractura central en la era de la IA es la capacidad”, dijo Philip Schellekens, economista jefe del PNUD para Asia y el Pacífico. “Los países que inviertan en competencias, capacidad de computación y sistemas de gobernanza sólidos saldrán beneficiados; los demás corren el riesgo de quedarse muy atrás”.
El informe se centró en Asia-Pacífico y sostiene que, por albergar a más del 55 % de la población mundial, por su diversidad de rentas nacionales y por registrar las mayores brechas de esperanza de vida, es la zona cero de estas dinámicas.
Pese a concentrar a más de la mitad de los usuarios de IA del mundo, solo el 14% de la población de la región utiliza realmente herramientas de IA, lo que deja al margen a 3.700 millones de personas. Mientras tanto, una cuarta parte de la población sigue desconectada, y las mujeres en el sur de Asia son hasta un 40% menos propensas que los hombres a tener un teléfono inteligente.
Con todo, el informe señala que la región se expande con rapidez en IA e innovación, con el ejemplo de China, que concentra casi el 70% de las patentes de IA. En seis economías han surgido más de 3.100 empresas de IA recién financiadas.
Países como Singapur, Corea del Sur y China realizan inversiones sustanciales en infraestructura y capacitación en IA, mientras que otros siguen trabajando para reforzar el acceso digital básico y la alfabetización, añade.
La IA podría aumentar el crecimiento anual del PIB regional en torno a dos puntos porcentuales y elevar la productividad hasta un 5% en sectores como la salud y las finanzas. Solo las economías de la ASEAN podrían sumar cerca de 1 billón de dólares (unos 870.000 millones de euros) de PIB adicional en la próxima década.
Pese a ello, unos 1.300 millones de trabajadores siguen en la economía informal, casi 770 millones de mujeres están fuera del mercado laboral y alrededor de 200 millones de personas viven en la pobreza extrema, según el informe.
Mujeres y jóvenes, los más expuestos
El informe señala que las mujeres y los jóvenes en general son los más vulnerables a las disrupciones de la IA, sobre todo porque los empleos que desempeñan ellas están casi el doble de expuestos a la automatización que los de los hombres.
El empleo juvenil ya está cayendo en puestos con alta exposición a la IA, especialmente entre quienes tienen de 22 a 25 años, lo que amenaza las trayectorias al inicio de la carrera, advierte.
También existe un alto riesgo de que los sistemas y algoritmos de IA proyecten sesgos hacia comunidades rurales e indígenas, ya que a menudo no están representadas en los datos con los que se entrena la IA.
El informe constató que los modelos de crédito basados en IA se entrenan principalmente con prestatarios urbanos varones y han clasificado erróneamente a empresarias y agricultores rurales como de alto riesgo, excluyéndolos de oportunidades financieras.
Una de cada cuatro empresas prevé además pérdidas de empleo vinculadas a la automatización impulsada por la IA. Solo una de cada cuatro personas que viven en ciudades, y menos de una de cada cinco en zonas rurales, sabe realizar tareas básicas en hojas de cálculo, según el informe.
La brecha digital
El informe señala que, aunque la IA puede ser una oportunidad para la humanidad, por ejemplo, al detectar enfermedades con mayor rapidez, apoyar la alfabetización o reforzar los sistemas alimentarios—, algunas metas siguen fuera de alcance.
Más de 1.600 millones de personas en Asia-Pacífico no pueden permitirse una dieta saludable y 27 millones de jóvenes siguen siendo analfabetos. Mientras tanto, muchos países dependen de modelos de IA y lenguas importados que no reflejan sus realidades culturales o lingüísticas.
En el plano económico, la carencia de competencias digitales sigue siendo grave, la informalidad está muy extendida y las ganancias derivadas de la IA siguen siendo inciertas y desiguales entre países y sectores, advierte el documento.
IA en la gobernanza
Aunque el informe subraya que la IA puede ayudar a los gobiernos y a los servicios públicos, por ejemplo, en la predicción de inundaciones o en la evaluación crediticia, solo un número limitado de países cuenta con normativas integrales sobre IA.
Para 2027, más del 40% de las brechas de datos relacionadas con la IA podrían derivarse del uso indebido de la IA generativa, lo que subraya la necesidad de marcos de gobernanza sólidos, advirtió.
Aunque el informe se centró en Asia-Pacífico, también recoge investigaciones de Europa y Norteamérica que ponen de relieve amplias disparidades en Europa. Los datos europeos muestran que algunos países, como Dinamarca, Alemania y Suiza, figuran entre los más preparados del mundo en materia de IA.
Pero países de Europa del Este como Albania y Bosnia y Herzegovina están muy rezagados respecto a sus homólogos occidentales.
No es inevitable
El informe sostiene que las crecientes desigualdades en IA no son inevitables. “La IA avanza a toda velocidad y muchos países siguen en la línea de salida”, dijo Kanni Wignaraja, subsecretaria general de la ONU y directora regional del PNUD para Asia y el Pacífico.
“La experiencia de Asia y el Pacífico muestra lo rápido que pueden abrirse brechas entre quienes moldean la IA y quienes son moldeados por ella”.
