Por Euronews
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El avión no tripulado, llamado Lucas, fue lanzado desde la cubierta del portaaviones de combate costero clase USS Santa Bárbara en el Golfo Pérsico, según la Marina de los Estados Unidos.
Kurt Renshaw, el comandante del portaaviones, dijo: “El primer lanzamiento exitoso de Lucas desde un hidroavión naval es un hito importante en el camino hacia la entrega rápida de capacidades no tripuladas rentables y eficaces a las fuerzas de combate. Este éxito demuestra el poder de la innovación y la colaboración compartidas en esta región vital”, afirmó.
Anteriormente, el 3 de diciembre, el Comando Central de los Estados Unidos (CENTCOM) anunció el despliegue del primer escuadrón de drones ofensivos del Ejército de los Estados Unidos en el Medio Oriente.
Utilizados por las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio, los drones Lucas tienen un alcance operativo considerable y pueden volar mediante diversos métodos, como el lanzamiento con catapulta, el despegue asistido por cohetes y sistemas de vehículos terrestres o móviles.
“Sin duda, el sistema ayudará a fortalecer la seguridad marítima y la disuasión en la región”, agregó Renshaw.
El “Sistema Ofensivo No Tripulado de Bajo Costo”, o UAV Lucas, actualmente empleado y en fase de desarrollo por los marines estadounidenses, es prácticamente una copia del UAV Shahed de Irán.
En los últimos años, desde China y Rusia hasta Turquía y Ucrania, han realizado grandes inversiones en la construcción de drones.
Mientras tanto, Irán ha sido uno de los países más influyentes en este campo. Los drones Witness baratos y eficaces, especialmente los modelos suicidas, se han convertido en los principales actores en los campos de batalla de Ucrania.
Rusia ha confiado en ellos en la guerra de Ucrania, e Israel está preocupada por su presencia en su espacio aéreo, aunque el país pudo hacerles frente con eficacia durante la guerra de 12 días.
Al mismo tiempo, Venezuela ha permitido a Irán construir fábricas para la producción de estos drones en su territorio. Mientras tanto, Estados Unidos también ha llamado la atención de los Estados Unidos.
Por supuesto, Estados Unidos no compró este avión no tripulado ni construyó una fábrica para producirlo en su territorio. En vez de eso, un avión no tripulado adquirió el testigo y lo sometió a ingeniería inversa.
“Irán obtuvo por primera vez la tecnología de drones de los Estados Unidos”
Hay que decir que las bases del arsenal de aviones no tripulados de Irán se obtuvieron originalmente de los Estados Unidos. En diciembre de 2011, durante la presidencia de Barack Obama, la unidad de guerra cibernética de Irán hackeó un avión teledirigido estadounidense RQ 170, dejándolo ileso dentro del territorio iraní.
Luego, Irán aplicó ingeniería inversa a este sistema y lo convirtió en la base de los primeros modelos de testigos.
A partir de ese momento, a principios de 2011, Teherán desarrolló una nueva gama de vehículos aéreos no tripulados, incluido el Shahed-136. Pero esta vez le tocó a Estados Unidos copiar el Shahed-136. Tanto los expertos como los oficiales de defensa dicen que el avión no tripulado es prácticamente una versión copiada del Shahed-136.
Los planificadores de defensa estadounidenses esperan que los resultados positivos de estas pruebas conduzcan a una rápida producción en masa del avión no tripulado. Se supone que estos drones deben usarse en el campo de batalla y contra objetivos en movimiento, como vehículos.
Además, el Pentágono quiere que el sistema sea al menos parcialmente autónomo, de modo que el avión no tripulado pueda identificar objetivos y atacarlos de forma independiente.
Como parte del esfuerzo de la administración Trump por simplificar el lento y complejo proceso de compra de armas en el Pentágono, el UAV Lucas será construido por varios fabricantes y a gran escala.
Los funcionarios del Pentágono han comparado este enfoque con la producción de los barcos Liberty durante la era de la Segunda Guerra Mundial.
Lucas ha sido presentado a los responsables de la toma de decisiones de defensa estadounidenses como un sistema con tecnologías avanzadas y un precio relativamente bajo. Cada unidad del avión no tripulado tiene un precio aproximado de 35.000 dólares y, si cumple incluso la mitad de las expectativas del Pentágono, podría convertirse en un punto de inflexión y “cambiar las reglas del juego”.
El sistema ya ha dado resultados prometedores y es probable que se convierta en la próxima arma importante de los marines estadounidenses.
Si las pruebas de estos drones con alas Delta tienen tanto éxito como parecen, probablemente en un futuro no muy lejano se verán ejemplos de estos drones en los campos de batalla de Europa, Oriente Medio, la región del Indo-Pacífico e incluso América Latina.
