Corea del Norte ha celebrado por primera vez en su historia una ceremonia oficial para condecorar a soldados que han combatido fuera de sus fronteras. El líder supremo del país, Kim Jong-un, ensalzó este jueves la labor de las tropas norcoreanas que han luchado junto a Rusia en la guerra de Ucrania, y entregó el título de Héroe de la República Popular Democrática de Corea a los militares que regresaron esta semana del conflicto, según ha difundido este viernes la agencia estatal KCNA. Se trata de un gesto inédito que pone de relieve la implicación del hermético régimen asiático en la contienda en suelo europeo, así como la alianza cada vez más estrecha entre Pyongyang y Moscú.
En su discurso, pronunciado en la sede del Partido de los Trabajadores, Kim elogió a los soldados desplegados en la región fronteriza rusa de Kursk como “grandes héroes y patriotas” y sostuvo que su participación en el frente “defendió firmemente el honor del Ejército Popular de Corea y garantizó la existencia y el desarrollo de nuestra nación”.
El mandatario norcoreano se refirió a la operación en apoyo de las fuerzas rusas para recuperar esa región occidental, donde Ucrania había logrado abrir una cabeza de puente en agosto de 2024 y mantener posiciones hasta principios de este año. Kim calificó la victoria como “una gran hazaña” y advirtió que el coraje de sus militares demuestra que “ningún ejército del mundo puede evitar el destino de convertirse en almas muertas” si se enfrenta a las tropas de Corea del Norte.
KCNA no ha detallado el número de condecorados, pero ha publicado imágenes de Kim saludando efusivamente a oficiales del Ejército. La agencia estatal recoge que se guardó un minuto de silencio en memoria de los caídos y que Kim depositó una ofrenda floral, consoló a las familias de los fallecidos y colocó las medallas junto a los retratos de los “mártires” que “sacrificaron su juventud y sus vidas, unidos por una misma fe y voluntad de cumplir las órdenes del país”. Además, se homenajeó a los militares que regresaron de Rusia con un concierto.
La ceremonia contrasta fuertemente con el hermetismo que rodeó la implicación de Pyongyang en la guerra el pasado otoño, cuando se detectó la presencia de las primeras tropas en suelo ruso. Los servicios de inteligencia de Corea del Sur estiman que alrededor de 15.000 soldados se han desplazado a la región de Kursk desde octubre del año pasado, y que unos 600 habrían fallecido y miles habrían resultado heridos en el frente.
El régimen norcoreano también ha provisto a su aliado de proyectiles de artillería, misiles y lanzacohetes de largo alcance. La agencia surcoreana Yonhap informa, citando a medios rusos, de que Pyongyang planea enviar 5.000 trabajadores de construcción militar y 1.000 zapadores para apoyar los esfuerzos de reconstrucción.
El reconocimiento del jueves se produce pocos días después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, enviara una carta a Kim con motivo del aniversario de la liberación de la península coreana de la ocupación japonesa en 1945. En su misiva, el líder ruso alabó el “heroísmo” de las tropas norcoreanas que combaten junto al Ejército ruso en Ucrania y evocó la cooperación militar histórica entre ambos países al final de la II Guerra Mundial, cuando soldados soviéticos y coreanos lucharon juntos contra Japón. Putin destacó que aquellos lazos de camaradería forjados en la guerra “siguen siendo sólidos y fiables” en la actualidad.
Los vínculos entre Pyongyang y Moscú atraviesan una fase de idilio, después de que sus presidentes sellasen en junio de 2024 un acuerdo de asociación estratégica que incluye un pacto de defensa mutua en caso de agresión.
Preparativos de guerra
Mientras condecoraba a la unidad de operaciones militares en el extranjero, Kim instó a convertir el Ejército en unas fuerzas armadas “de élite y poderosas” y a “perfeccionar” los preparativos de guerra frente a las “provocaciones militares” de sus enemigos. El martes, el mandatario norcoreano había criticado a Corea del Sur y Estados Unidos por realizar maniobras militares conjuntas.
Kim manifestó que los ejercicios Ulchi Freedom Shield 2025 (del 18 al 28 de agosto) reflejan una intención hostil de “encender la mecha para provocar una guerra” e instó a acelerar el desarrollo nuclear del régimen como respuesta estratégica. Desde el Ministerio de Defensa también los tacharon de una “provocación militar directa” y advirtieron que replicarán de manera “contundente”.
Por su parte, Kim Yo-jong, la hermana de Kim Jong-un, reprochó al presidente surcoreano, Lee Jae-myung, mantener una “doble cara”, por afirmar que promueve la paz mientras realiza ensayos bélicos con Washington.
El Ministerio de Unificación de Corea del Sur ha señalado que el encuentro de Kim con los mandos de la unidad enviada al extranjero parece destinado a “justificar el despliegue y reforzar la moral” de las tropas. El homenaje, además de ensalzar a los combatientes, lanza el mensaje de que Pyongyang quiere demostrar que está dispuesto a proyectar su poder militar más allá de sus fronteras. Pero todo ello ocurre en un escenario diplomático especialmente sensible, con crecientes expectativas sobre una posible cumbre Putin y su homólogo ucranio, Volodímir Zelenski, para explorar una salida negociada que ponga fin a tres años de guerra.