¿Son los obstáculos en la vida una redirección divina o un ataque satánico? Esa fue la pregunta que un oyente planteó al teólogo y pastor John Piper en un episodio reciente del podcast “Pregunte al Pastor John“.
El oyente, enfrentando lo que describió como un “bloqueo” espiritual y situacional, recurrió a dos relatos bíblicos aparentemente contrastantes: 1 Tesalonicenses 2:18, donde el apóstol Pablo dice que fue “estorbado por Satanás”, y Hechos 16:6–8, donde Pablo y sus compañeros son “impedidos por el Espíritu de Jesús” de entrar en Asia.
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“¿Cómo se distingue entre ser impedido por Jesús y ser impedido por Satanás? ¿O acaso importa?”, preguntó.
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Piper, quien es el canciller del Bethlehem College and Seminary en Minneapolis, Minnesota, dijo que esa pregunta, “nos lleva a uno de los misterios más profundos de la providencia”, añadiendo: “No hay ninguna circunstancia en tu vida donde el gobierno de Dios no sea decisivo. Siempre es decisivo.”
Citando Efesios 1:11 — “[Dios] hace todas las cosas según el designio de su voluntad” — Piper enfatizó que, incluso cuando Satanás actúa, Dios tiene el control final.
“Dios tiene muchas maneras diferentes de asegurarse de que las cosas sucedan o no sucedan, pero si algo sucede o no sucede, en última instancia, está en las manos de Dios.”
Piper reconoció la complejidad de usar palabras como “permitir” al describir la relación de Dios con la actividad de Satanás: “Dado que Dios no hace nada sin propósito, sin sentido, por lo tanto, Su permiso es siempre un plan, un diseño. Él sabe lo que viene. Si Él lo permite, está diseñado, está planeado, tiene un propósito.”
Piper se refirió a la traición de Jesús por parte de Judas Iscariote.
“Juan 13:2 dice: ‘[Satanás] puso en el corazón de Judas… que le entregara.’ Lucas 22:3–4 dice: ‘Satanás entró en Judas'”, señaló Piper. “Por otro lado, Juan 17:12 dice que Judas no fue apartado de la traición por Jesús, ‘para que se cumpliera la Escritura’.”
Ese cumplimiento de la Escritura, explicó Piper, es, en última instancia, obra de Dios: “Dios cumple Su Palabra. Dios se asegura de que la Escritura se cumpla, en el caso de Judas.”
Según Piper, la traición a Jesús involucró a múltiples actores: Satanás, Judas y Dios, cada uno con intenciones diferentes. “Satanás lo planeó para el mal. Dios lo planeó para el bien —de hecho, para nuestra salvación”, dijo, haciendo eco de Génesis 50:20.
“En cada tentación que enfrentamos y cada prueba que soportamos, tanto Satanás como Dios están activos, y tienen propósitos opuestos”, dijo Piper. “Dios siempre está probando tu fe y tu obediencia. Satanás siempre está buscando destruir tu fe y socavar tu obediencia.”
“Puedes saber eso con absoluta certeza”, dijo. “En este momento de impedimento en la dirección de tu vida, Satanás apunta a tu incredulidad y a tu pecado, y Dios apunta a tu fe y a tu santidad.”
Piper describió un proceso práctico para discernir cómo responder a un obstáculo percibido:
1. Renuncia al pecado: “Dondequiera que veas pecado en ti mismo o en otros, renuncia a él; apártate de él. No permitas que tenga una influencia decisiva en tu decisión.”
2. Evalúa la encrucijada: “¿Debo aceptar estos impedimentos como de Satanás o de Dios? ¿Debo intentar superarlos, o debo ceder a ellos?”
3. Considera tus dones, oportunidades, deseos y frutos: “¿Qué dirección me ha impulsado Dios por el Espíritu a desear profunda y persistentemente? ¿Qué fruto podría provenir de cualquiera de estos caminos?”
4. Aplica la Escritura y busca consejo: “Satura todos esos factores con principios bíblicos y con oración para pedir la ayuda de Dios mientras escuchas el consejo piadoso de otras personas.”
“Si haces esas cosas, Dios te dejará claro si debes aceptar el impedimento o superarlo”, dijo.
En un episodio anterior del podcast, Piper dijo que Dios usa a Satanás para fortalecer y purificar a los creyentes en tiempos de dificultad a pesar de las malas intenciones del diablo.
“Dios desconcierta a Satanás al convertirlo en el instrumento de aquello que más odia: la confianza en Dios y la santidad en la vida”, dijo Piper, añadiendo que “si vemos la mano de Satanás en nuestro sufrimiento, no significa que el sufrimiento no tenga un buen propósito de parte de nuestro Padre amoroso”.
Piper señaló que Dios “tiene el derecho de traer consuelo y calamidad a nuestras vidas” y que “no nos debe nada” y “no merecemos nada de Él.”
“No podemos negociar con Él. Él no nos ha hecho ningún mal”, añade. “Sus caminos son altos. Lo entenderemos con el tiempo, aunque ahora no lo hagamos.”
