El ejército israelí ha anunciado este sábado que, en una operación conjunta con los servicios de inteligencia, el cuerpo sin vida del rehén Nattapong Pinta, de nacionalidad tailandesa, fue recuperado en la víspera en la zona de Rafah, al sur de la franja de Gaza. La operación fue posible, continua el comunicado, “gracias a la información precisa obtenida durante un interrogatorio a un terrorista”.
Pinta, de 35 años y que trabajaba como agricultor en el cultivo de aguacates, fue secuestrado vivo el 7 de octubre de 2023 “por terroristas de la organización terrorista Muyahidín” en el kibutz Nir Oz, anota el mensaje de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF). “Y asesinado mientras se encontraba cautivo” un mes después del inicio de la guerra, asegura el comunicado. Deja una viuda y un hijo en Tailandia.
Según la información de las IDF, “la organización terrorista Muyahidín secuestró, retuvo y asesinó” también a Shiri, Ariel y Kfir Bibas, cuyos cuerpos fueron devueltos como parte del último acuerdo de rehenes. Y es asimismo responsable de la muerte de Gad Haggai y Judi Lynn Weinstein, cuyos cadáveres fueron recuperados a principios de esta semana. Además, agrega la declaración castrense, “también asesinó y retiene el cuerpo de otro ciudadano extranjero”.
Tras conocer la noticia de la recuperación de Pinta, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores tailandés, Nikorndej Balankura, ha expresado en un video su “profunda tristeza” por el hallazgo de su compatriota sin vida.
“No descansaremos hasta que todos los secuestrados, vivos y muertos, regresen a su patria”, ha declarado el ministro de Defensa israelí, Israel Katz. Con la operación de este viernes, quedan en Gaza 55 rehenes. Varias protestas por todo Israel piden su “liberación inmediata” y el desmantelamiento del Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu, recoge Haaretz.
Según el medio israelí, Shai Moses, sobrino de Gadi Moses ―liberado recientemente del cautiverio de Hamás―, ha afirmado que Netanyahu prioriza sus consideraciones políticas sobre la devolución de los rehenes y el fin de la guerra. “Solo los acuerdos devuelven a los rehenes con vida. ¡La guerra los mata!“, ha declarado Moses, que también ha pedido un acuerdo político que permita la rehabilitación y repoblación del kibutz Nir Oz, destruido el 7 de octubre.
Por su parte, el primer ministro se ha limitado a dirigir un mensaje de condolencia a las familias de cuatro soldados recientemente fallecidos en los enfrentamientos en Gaza. “Nuestros cuatro combatientes dieron su vida por la seguridad de todos nosotros”, ha escrito.
El grupo islamista Hamás tampoco ha comentado la operación por la que ha sido recuperado Pinta, pero ha advertido a Israel de que sus fuerzas serán “responsables” de la muerte de otro rehén todavía con vida, el israelí Matan Zangauker, si tratan de rescatarlo.
Al observar que los soldados están rodeando el lugar donde está retenido Zangauker, Abu Obeida, portavoz de Al-Qassam, el brazo armado de Hamás, ha emitido su amenaza en Telegram: “Afirmamos categóricamente que el enemigo no podrá recuperarlo con vida”.
La madre del secuestrado es Einav Zangauker, una de las familiares de los secuestrados el 7 de octubre más críticas con Netanyahu, y una de las caras más visibles del movimiento que pide el fin de la guerra en Gaza para lograr la liberación de los rehenes, y también por el coste de vidas palestinas.
Ya en agosto de 2024, seis rehenes fueron asesinados en una situación similar.
Mientras tanto, Israel continúa bombardeando sin descanso la Franja en el norte y en el sur. Al menos 66 gazatís han muerto en ataques desde el amanecer del sábado, según confirmaron fuentes médicas al canal catarí Al Jazeera. En total, desde el inicio de la invasión israelí del enclave palestino hace 20 meses, 54.772 gazatís han muerto y 125.834 han resultado heridos, sumados los 95 fallecidos y 304 heridos lesionados registrados el viernes, según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás.
Las autoridades sanitarias han advertido, además, que el Complejo Médico Nasser es ya el único hospital operativo en Jan Yunis, después de que el Hospital Europeo dejara de funcionar y el acceso al Hospital Al Amal se haya convertido en misión imposible “debido a su ubicación en la zona de evacuación” de ejército israelí. El Ministerio de Salud en manos de Hamás alerta sobre la posibilidad de “un colapso total del sistema de salud”. Según sus datos, solo queda combustible para abastecer los generadores de las instalaciones médicas tres días.
La insuficiente entrada de ayuda ―que fue bloqueada totalmente durante 80 días y obstaculizada desde la reapertura el 22 de mayo― no solo pone el peligro la prestación de servicios de salud, sino que ha generado una catástrofe humanitaria, según la ONU. El total de la población (2,1 millones de personas) están en riesgo grave por falta de alimentos, entre otras carencias como agua potable, medicinas o materiales para construir refugios. Apenas una media de 100 camiones con suministros entran cada día a la Franja, cuando se necesitan entre 500 y 600 diarios.
El sistema de reparto de comida al margen de la ONU tampoco está funcionando. La organización estadounidense Fundación Humanitaria de Gaza (FHG), cuya operación está respaldada por el ejército de Israel, no ha abierto sus centros de distribución este sábado, según un comunicado de la entidad. La oficina de medios de Hamás ha emitido una denuncia en la que asegura que ocho personas han fallecido y 61 han quedado heridas cuando se dirigían a uno de los puntos de reparto en Rafah. Según sus datos, más de un centenar de personas que acudían a los recintos de la FHG a recoger lotes de bienes han muerto tiroteadas desde la puesta en funcionamiento de este sistema el 27 de mayo.
