Pese a los 12 días de ofensiva israelí sobre Irán y los contraataques de la República Islámica, el principal escenario de la guerra en Oriente Próximo sigue siendo Gaza, aunque este territorio palestino haya tenido en estas dos semanas menor presencia pública, tanto en los medios como en la agenda diplomática y de las propias autoridades israelíes. El alto el fuego entre Israel e Irán logrado el martes por imposición del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a arrojar luz sobre el enorme grado de violencia cotidiana que vive la Franja.
Muestra de ello son los 870 palestinos muertos durante esos días (una media de 72 cada día), según datos del Ministerio de Sanidad gazatí, que eleva a más de 56.000 los muertos desde el 7 de octubre de 2023. Hay que sumar otras 74 víctimas mortales de las que se ha informado este miércoles. De ellas, una treintena han perdido la vida durante un ataque en un centro de distribución de ayuda de los que mantiene Israel en contra del criterio de Naciones Unidas. En total, 944 muertos en apenas dos semanas.
De forma abrupta, Trump ha obligado al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y al líder iraní, Alí Jameneí, a detener sus bombardeos. Visto su poder de influencia, una pregunta flota en torno a qué puede ocurrir en los próximos días o semanas: ¿Va a intentar ahora Trump definitivamente poner fin a la guerra en Gaza?
Por el momento, la resistencia armada que lidera Hamás frente a las tropas de ocupación mantiene también su actividad. De hecho, siete militares israelíes murieron en la tarde del martes en Jan Yunis, en el sur de la Franja, en un ataque contra su vehículo blindado. La colocación de un explosivo hizo que el vehículo modelo Puma, de unas 50 toneladas de peso, saliera ardiendo. Todos los soldados que se encontraban en el interior perdieron la vida, según la versión del ejército. Se trata de uno de los más duros varapalos que han sufrido las tropas del Estado judío desplegadas en Gaza.
878 uniformados israelíes muertos
Otros cuatro soldados habían muerto en Gaza días atrás. Eso eleva a 878 los uniformados israelíes muertos desde el 7 de octubre de 2023. Otros dos militares han resultado heridos, uno grave, tras el impacto de una granada sobre una excavadora. El enclave palestino ha cobrado protagonismo también en las últimas horas en la esfera pública israelí por la reclamación del regreso de los rehenes.
Hamás ha mostrado la fotografía de un Puma israelí junto a un comunicado. “Durante una compleja emboscada, combatientes de Qassam [nombre abreviado del brazo armado del grupo] lograron destruir un transporte de personal sionista ayer martes por la tarde con un artefacto explosivo tipo Shawaaz colocado en la cabina, lo que provocó el incendio total del vehículo y su tripulación”, señala el grupo islamista en un comunicado.
“Hoy es un día muy difícil para el pueblo de Israel”, ha dicho Netanyahu, lamentando esas muertes de “heroicos combatientes caídos en la batalla para derrotar a Hamás y para liberar a los rehenes”. A las palabras del mandatario se unen las del ministro de Defensa, Israel Katz, o las del presidente del país, Isaac Herzog.
Todavía quedan en la Franja 49 de los 250 secuestrados. De estos, al menos 28 han sido dados ya por muertos. La negativa del primer ministro a priorizar su regreso mantiene en gran medida soliviantada a la sociedad israelí, que, sin embargo, ha apoyado de manera mayoritaria (hasta un 80%, según la última encuesta) la ofensiva desplegada contra el régimen teocrático iraní. Desde hace más de un año hay un plan sobre la mesa para liberar a los rehenes a cambio del final de las operaciones militares israelíes en Gaza que el Estado judío, con Netanyahu a la cabeza no acepta.
El foro que agrupa a la mayoría de las familias de los rehenes quiere aprovechar la inercia de la tregua alcanzada entre Israel e Irán para acelerar las gestiones que lleven a la salida de Gaza de sus seres queridos, según han expresado a través de un comunicado.
“No entiendo por qué luchamos ni con qué propósito. ¿Qué intentamos siquiera lograr allí si los soldados mueren constantemente?”, se ha preguntado con respecto a la Franja palestina el diputado ortodoxo Moshe Gafni, uno de los socios que integran la coalición gubernamental de Netanyahu, informa Haaretz. Y, como en el caso iraní, apela al presidente de Estados Unidos. “Necesitábamos a alguien como Trump aquí para decir: ‘Traeremos a los rehenes a casa y volveremos a la normalidad”, añadió Gafni, del partido Judaísmo Unido de la Biblia.
Hamás afirma que no hay señales de avances hacia una tregua en Gaza, pero que Trump tiene capacidad para intervenir y obligar a Netanyahu a detener la guerra, según declaraciones de Taher Al-Nunu al diario catarí Al Araby.
Para tratar de magnificar sus acciones y como parte del aparato propagandístico —que ambos bandos mantienen bien engrasado—, Hamás sigue difundiendo grabaciones en vídeo de las acciones que lleva a cabo contra militares israelíes. En los últimos días, han mostrado ataques como el efectuado contra el Puma, escaramuzas lanzadas desde túneles o posiciones desde las que disparan sus francotiradores.
“Mientras haya soldados israelíes sobre el terreno, los combatientes armados de Hamás que aún pueden matarlos, y seguirán intentando matar a todos los que sea posible”, reflexiona Gershon Baskin, un activista por la paz que en el pasado ha llegado a negociar directamente treguas con altos miembros de Hamás. Al mismo tiempo, “Israel sigue matando hasta 100 palestinos en Gaza casi a diario. La mayoría son no combatientes, no son miembros de Hamás. La mayoría son civiles inocentes que luchan por sobrevivir”, agrega Baskin, que cree que Hamás resiste pese a que está muy debilitada a nivel militar.
La resaca de la que ya se conoce como guerra de los 12 días frente a Irán, parafraseando a la guerra de los seis días acaecida en 1967, sirve para que algunos medios reflexionen sobre lo vivido por la población del Estado judío y, de alguna manera, lo comparen con el sufrimiento de los gazatíes desde octubre de 2023. Por unos días, un puñado de israelíes han sentido de cerca lo que llevan sintiendo los habitantes de la Franja durante más de 20 meses. La ansiedad, la incertidumbre, la inseguridad… se han ido multiplicando con la llegada —y el impacto— de misiles iraníes a zonas hasta ahora inmunes de las grandes ciudades.
Los proyectiles han cambiado de lado y también el miedo, las carreras o los cuerpos atrapados entre escombros. “Los misiles iraníes han reducido brutalmente la brecha entre Israel y Gaza. Las imágenes de destrucción de Tel Aviv y Ramat Gan evocan las de Beit Lahia y la ciudad de Gaza. De repente, a través de la mirada israelí, uno puede comprender lo que se siente cuando te lanzan una tonelada y media de explosivos”, reflexiona Sheren Falah Saab en el diario israelí Haaretz.
