El primer ministro francés, François Bayrou, logró sortear este martes una nueva moción de censura a su Gobierno, la octava que se presenta en el Parlamento desde que fue nombrado en el cargo el pasado diciembre, hace seis meses. En esta ocasión, fue a iniciativa del Partido Socialista, y aunque la apoyó el resto de grupos del bloque de izquierda (La Francia Insumisa, ecologistas y comunistas), no reunió los votos suficientes, solo 189 de 289 necesarios, porque no la respaldó el Reagrupamiento Nacional, el partido de extrema derecha liderado por Marine Le Pen.
Bayrou resiste, pero va perdiendo apoyos y esta moción constata la ruptura con los socialistas, que acusan al primer ministro de haber incumplido su compromiso de llevar al Parlamento la polémica reforma de las pensiones de 2023. Retrasaba la edad de jubilación de los 62 años a los 64 y fue aprobada por decreto, sin voto parlamentario, tras meses de fuertes protestas en la calle y con la oposición de casi todo el país. La primera ministra entonces, Elisabeth Borne, ya superó por la mínima una moción por este motivo.
La ley de 2023 centró el debate parlamentario de unas tres horas en este 1 de julio, dos años después. Cuando tomó posesión del cargo en diciembre, Bayrou se comprometió a abrir un debate sobre esta reforma en la Asamblea a cambio de que el Partido Socialista no respaldase la moción que iba a presentar uno de sus aliados de izquierda, La Francia Insumisa, el partido de Jean-Luc Mélenchon. El primer ministro abrió una mesa de negociación con sindicatos y empresarios, pero tras meses de diálogo no han llegado a un acuerdo y los socialistas le acusan de faltar a su palabra.
“El interés general es más importante que todas las amenazas de censura”, justificó François Bayrou ante los diputados. Este aceptaba modificar algunos aspectos de la reforma, la más importante de este segundo mandato de Emmanuel Macron, pero no la medida clave y más controvertida: el retraso de la edad de jubilación.
A pesar de su baja popularidad, el jefe de Gobierno, del partido centrista Modem y aliado del bloque del presidente, Emmanuel Macron, ha conseguido sortear las censuras parlamentarias gracias a la abstención o el rechazo del Reagrupamiento Nacional. La formación liderada por Marine Le Pen, con 143 escaños de 575, es la más numerosa del arco parlamentario. Ya había avanzado que no respaldaría la moción del martes para no contribuir a la inestabilidad del país.
“Si votamos a favor de una moción de censura será para proteger a los franceses de las medidas tóxicas del Gobierno. Censurarlo hoy no aportaría nada (…). Estaremos extremadamente atentos a cuestiones como la programación plurianual de energía o al presupuesto”, ha justificado Marine Le Pen, dejando intuir que la censura sí podría llegar cuando se debata el presupuesto en otoño.
El rechazo a las cuentas de 2025 fue lo que motivó la moción que hizo caer a su predecesor, el conservador Michel Barnier, el pasado diciembre. Fue nombrado por Emmanuel Macron tras las elecciones legislativas anticipadas del pasado verano, que dejaron la Asamblea fragmentada en tres bloques, ninguno con mayoría. Aquella moción salió adelante con los votos del bloque de izquierda y la extrema derecha de Le Pen. Barnier duró tres meses en el cargo y el de Bayrou es el tercer Gobierno que ha tenido el país en un año.