Estados Unidos e Israel rechazan con contundencia el reconocimiento del Estado palestino que se dispone a hacer Francia. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha definido como “un premio al terrorismo” la decisión del presidente francés, Emmanuel Macron, que el jueves expresó su intención de dar ese paso ante la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre. El movimiento francés llegaba justo después de que Israel anunciara la retirada de sus negociadores en las conversaciones para alcanzar una tregua en la franja de Gaza, donde las muertes por inanición causadas por el bloqueo israelí se multiplican, y alcanzan ya las 48 víctimas este julio. Frente a esa reprobación del Gobierno de Donald Trump y del de Netanyahu, dirigentes de Canadá, Australia y el Reino Unido, entre otros Estados, reprochan a Israel el bloqueo que realiza de la ayuda humanitaria en Gaza, donde el hambre crece con fuerza.
Poco después de las palabras del primer ministro israelí, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, se ha sumado a las acusaciones contra Francia al tachar la decisión de reconocer al Estado palestino como “irresponsable”. En un comunicado, el estadounidense ha asegurado que el paso de Macron “sirve a la propaganda de Hamás y representa un retroceso para la paz”, además de representar “una bofetada en la cara de las víctimas del 7 de octubre”.
La situación desesperada que atraviesan dos millones de gazatíes había llevado a la comunidad internacional a confiar en que Israel y la milicia islamista Hamás pudieran resolver sus diferencias e introducir ayuda humanitaria en el enclave en cantidades “masivas”, como reza la propuesta de acuerdo que está encima de la mesa.
Además, la movilización de Steve Witkoff, enviado de la Casa Blanca en Oriente Medio, parecía indicar una tregua cercana. El estadounidense se reunió el jueves con representantes israelíes y cataríes en Cerdeña, mientras Israel revisaba la última propuesta de tregua planteada por Hamás. Múltiples informaciones sugerían que el acuerdo podía ser inminente.
Sin embargo, la marcha atrás por parte de Israel y de EE UU lanza al abismo el destino de las negociaciones, que podrían seguir congeladas hasta la semana que viene, y la supervivencia de decenas de miles de niños menores de cinco años que padecen desnutrición aguda, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
“Condenamos con fuerza la decisión del presidente Macron de reconocer un Estado palestino al lado de Tel Aviv después de la masacre del 7 de octubre”, protestaba Netanyahu la noche del jueves. El comunicado del primer ministro hacía referencia a la jornada negra en la que combatientes de Hamás se infiltraron en Israel y asesinaron a más de 1.100 personas, además de secuestrar otras 250. “Un Estado palestino en estas condiciones sería una plataforma para aniquilar Israel, no para vivir a su lado”, añadía el mandatario: “Seamos claros: los palestinos no buscan un Estado junto a Israel, sino un Estado en lugar de Israel”.
Macron, presidente del país europeo con la mayor comunidad judía, anunció el jueves que Francia reconocería el Estado palestino “fiel a su compromiso histórico con la paz justa y duradera en Oriente Próximo”. La noticia ha creado alarma en la clase política israelí. En un tono más suave al del primer ministro, el presidente israelí, Isaac Herzog, ha asegurado este viernes: “La declaración del presidente de Francia no impulsará la paz en Oriente Medio. No ayudará a combatir el terrorismo. Y más importante todavía: no ayudará a traer a los cautivos más pronto”.
El líder de la oposición, el considerado centrista Yair Lapid, ha descrito el movimiento de Macron como un “error moral” y ha igualado la dureza de Netanyahu: “Los palestinos no deberían recibir un premio por el 7 de octubre o por su apoyo a Hamás”.
La contundencia de los líderes israelíes no ha frenado una retahíla de reacciones occidentales que llegan a rebufo del posicionamiento de Francia. El primer ministro canadiense, Mark Carney, condenó el jueves el bloqueo israelí de la ayuda humanitaria en Gaza. ”El control israelí de la distribución de la ayuda debe ser reemplazado por un sistema liderado por organizaciones internacionales”, ha dicho el primer ministro, que ha considerado el cerco israelí como “una violación de la ley internacional”.
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, también ha responsabilizado a Israel de la “negación de la ayuda”. En un comunicado, Albanese ha indicado este viernes que la muerte de civiles, “incluyendo niños”, que “buscan acceso a agua y comida, es algo que no se puede ignorar ni defender”.
Distintos miembros del Gobierno del Reino Unido, como el ministro de Exteriores, David Lammy, también han señalado a Israel por “el deterioro de la situación en Gaza”. “La imagen de niños buscando ayuda y perdiendo la vida causa consternación alrededor del mundo. Y por eso reiteramos nuestro llamamiento para una tregua”.
La mención de Israel como responsable de la situación en Gaza supone un cambio en el tono general por parte de varias potencias occidentales, que hasta ahora lamentaban la crisis humanitaria en el enclave sin adjudicar culpabilidades. El primer ministro británico, Keir Starmer, ha convocado una llamada urgente para abordar la crisis humanitaria en Gaza con Macron y el canciller alemán, Friedrich Merz, los aliados del grupo E3.