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El último estudio European Consumer Payment Report 2025 de Intrum muestra una clara mejora en la capacidad de los consumidores para pagar sus obligaciones corrientes. En la actualidad, el 76% de los europeos paga sus facturas a tiempo, frente al 63% en 2023. A pesar de esta tendencia positiva, las diferencias entre países y grupos sociales siguen aumentando.
Europa ha entrado en una fase de lenta estabilización económica. El mercado laboral está mostrando un alto grado de resistencia: el aumento de la tasa de actividad de las mujeres, las personas mayores y los inmigrantes ha elevado la tasa de empleo de la zona euro a un récord del 75,8%. El crecimiento de los salarios en la UE y el Reino Unido está favoreciendo la recuperación del poder adquisitivo, y la reducción de los tipos de interés del Banco Central Europeo al 2% está aliviando las presiones financieras sobre algunos hogares.
Sin embargo, el proceso de desinflación se ha ralentizado en muchos países y los precios de los alimentos y los servicios siguen siendo elevados. Como señala Agnieszka Kunkel, consejera delegada de Intrum TFI, una mayor capacidad para pagar las facturas no significa que todos los consumidores se sientan seguros: “Vemos una clara división entre los que se sienten financieramente seguros y los que siguen viviendo mes a mes. Muchos consumidores siguen en ‘modo supervivencia’, indecisos a la hora de invertir o gastar más, marcados por años de incertidumbre económica”, afirma Kunkel.
El nivel de hogares que pagan todas las cuotas a tiempo varía de un país a otro. España y Austria son los que obtienen mejores resultados a este respecto, con un porcentaje del 83%, y Grecia el peor, con un porcentaje del 67%. Polonia ocupa el tercer puesto por la cola de los 20 países clasificados, con un indicador del 70%.
Efectos duraderos de la crisis y creciente preocupación de los jóvenes europeos
Hasta un 43% de los consumidores europeos afirma que los últimos años han supuesto un deterioro permanente de su bienestar financiero. Las generaciones más jóvenes y las de menores ingresos son las más afectadas: son las que más tardan en beneficiarse de la mejora de los indicadores macroeconómicos.
Aunque la puntualidad de los pagos está aumentando, muchos europeos siguen funcionando “mes a mes”. Seis de cada 10 reservan regularmente un fondo de emergencia para los días de vacas flacas, y el 29% admite que las noticias sobre inestabilidad económica les provocan ansiedad.
El informe de este año también muestra un cambio en las razones de la morosidad: la falta de fondos ha vuelto a ser el problema dominante. Este fenómeno afecta especialmente a la generación Z. En 2024, la falta de dinero era declarada por una de cada cinco personas de este grupo, mientras que en 2025 – ya el 52%.
Una carga adicional para los jóvenes es la llamada presión aspiracional. Como señala Agnieszka Kunkel, las redes sociales crean a menudo modelos de conducta poco realistas, lo que provoca tensiones financieras y psicológicas. Según la encuesta, uno de cada tres europeos admite que intentar igualar a las personas influyentes ha afectado negativamente a su salud mental.
