Geert Wilders, el líder ultraderechista neerlandés al frente del Partido por la Libertad (PVV), ha abandonado este martes el Ejecutivo del que formaba parte y en el que tenía una posición mayoritaria. En las últimas horas, Wilders había amagado con provocar una crisis política si los otros tres socios de la coalición conservadora no modificaban el acuerdo de Gobierno para endurecer las leyes de asilo. Ante la negativa de cambiar unos planes que dilataron durante meses las negociaciones, Wilders ha optado por marcharse. Un paso que ha provocado una sorpresa general en el país, de 18 millones de habitantes, no era la primera vez que amenazaba con hacerlo.
Está previsto que el primer ministro, Dick Schoof —un alto funcionario de pasado socialdemócrata—, presente este mismo martes su dimisión y la del Gobierno en su conjunto al rey Guillermo. Es el paso previo a la convocatoria de nuevas elecciones, poco más de un año y medio después de las últimas.
Hace una semana escasa, el líder ultra había presentado una lista de diez medidas que consideraba inaplazables para reconducir la política de asilo del quinto país más poblado de la eurozona. Exigía, entre otras cosas, el bloqueo de este tipo de solicitudes, la devolución de todos los refugiados sirios a su país en el plazo de seis meses, el control fronterizo por parte del Ejército y una suspensión temporal de la reunificación familiar.
Wilders había asegurado entonces —y también lo ha hecho ahora— que sus votantes respaldan esas medidas y siguen a la espera de “los planes de asilo más estrictos de la historia de Países Bajos”, que les fueron prometidos al formarse la coalición gubernamental. “No se firman nuestros planes de asilo. No se adapta el acuerdo gubernamental. El PVV deja la coalición”, ha escrito el ultraderechista en su cuenta de la red social X (antes Twitter).
Fuertes críticas del resto de socios
A pesar de sus proclamas, los últimos sondeos publicados indican una bajada en la intención de voto para el PVV, que tiene en estos momentos 37 escaños en un Parlamento de 150. Sorprendidos y muy molestos, los otros tres socios de la coalición —el Partido Popular para la Libertad y la Democracia (VVD), Nuevo Contrato Social (NSC) y el Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB), todos ellos de corte conservador— han salido en tromba a criticar la retirada de Wilders, que nunca había conseguido llegar al poder hasta las pasadas elecciones de noviembre de 2023.
El resto de partidos del arco parlamentario se habían negado a negociar con el PVV, primera fuerza en votos en las últimas elecciones, en noviembre de 2023. Ahora, con los sondeos en contra, y a pesar de su dilatada experiencia política —es el que más años lleva en el Parlamento—, Wilders había exigido que el resto de la coalición se plegara a sus planes.