En la víspera de su interpelación en el Congreso y de un nuevo paro nacional por el aumento de la inseguridad ciudadana, el primer ministro de Perú, Gustavo Adrianzén, presentó este martes su renuncia a la Presidencia del Consejo de Ministros tras una intensa jornada en la que diversas bancadas exigieron públicamente su salida. Adrianzén es el tercer primer ministro de Dina Boluarte en dos años y medio de mandato. Apenas duró 14 meses en el cargo.
El abogado, que fue ministro de Justicia en el Gobierno de Ollanta Humala, no fue capaz de enderezar la crisis de confianza del Ejecutivo. Reemplazó a Alberto Otárola, quien renunció por un caso de acoso, y tuvo un talante similar en el ejercicio del poder: muy duro ante los medios de comunicación, principalmente para esgrimir una férrea defensa de la presidenta del Perú.
Hacía meses que Adrianzén estaba en caída libre en las encuestas, pero fue hace unos días que su legitimidad se agravó al negar el secuestro de 13 trabajadores de la mina Poderosa en la localidad de Pataz, en el departamento La Libertad. Incluso negó que los obreros tuvieran algún vínculo laboral con la empresa a pesar de la denuncia de los familiares. Un par de días después aparecieron los cuerpos de los 13 mineros, asesinados por una banda de criminales.
La indignación fue generalizada y los parlamentarios promovieron cuatro mociones de censura en contra de Adrianzén. No solo lo acusaban de indolencia, sino de haber dejado en evidencia su nula capacidad para combatir la ola delincuencial que azota al país. Pataz es una localidad que el Ejecutivo declaró en estado de emergencia hace más de un año, pero sus habitantes han señalado que los operativos policiales son en vano, pues no se llevan a cabo en las zonas de conflicto.
“Durante el cargo que ejercí como premier lo hice con gran sentido de responsabilidad y compromiso, siempre en concordancia con el juramento que le hice a la señora presidenta de cumplir mis funciones sin cometer actos de corrupción”, manifestó Adrianzén en un breve mensaje a la nación desde Palacio. Lejos de entonar un mea culpa, reclamó mayor aprobación para su gestión. “Seguro estoy que las páginas de la historia que hoy completamos no son sino aquellas que leerán nuestros hijos y nietos, entonces se hará justicia y se reconocerá el esfuerzo que se hizo al atrevernos a gobernar el país en sus horas más difíciles. Más temprano que tarde se sabrá que lo hicimos todo por el Perú”.
Dina Boluarte realizó otros movimientos en su gabinete. Dispuso que Raúl Pérez-Reyes deje el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) para convertirse en el nuevo titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en reemplazo de José Salardi. Tomó juramento al general PNP en retiro, Carlos Malaver Odias, como nuevo titular del Ministerio del Interior, cargo que ocupó Julio Díaz Zulueta. Finalmente, César Sandoval juró como nuevo ministro de Transportes y Comunicación en lugar de Raúl Pérez-Reyes.
El Ejecutivo continúa sumido en una crisis inacabable. De acuerdo con la encuestadora Ipsos, Dina Boluarte registra un 0% de aprobación en la región norte del Perú en el sondeo más reciente. Su rechazo ha superado el 90% en todas las regiones del Perú.