El ministro de Interior alemán, Alexander Dobrindt, ha alertado este martes del gran aumento de extremistas de derecha registrado el pasado año y del peligro que esto supone para el país. En total, más de 50.000 personas fueron identificadas por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) ―los servicios secretos en el Interior― como extremistas de derecha, lo que supone un incremento de cerca del 23% respecto al ejercicio anterior. “Es una cifra aterradora”, ha declarado Dobrindt, durante la presentación del informe anual de la BfV.
Los autores del documento se refieren a ellos con el término “potenciales extremistas de derecha”, que incluye a todas las personas que los servicios de inteligencia consideran como pertenecientes al espectro de la extrema derecha, incluso si no están directamente involucradas. Esto abarca a simpatizantes, personas con contacto esporádico con grupos extremistas o individuos cuyas creencias ideológicas coinciden parcialmente, aunque no sean activos en política.
“En los diez últimos años esta cifra se ha más que duplicado”, ha indicado Dobrindt. “Desde 2015, el número de personas que se mueven en el ámbito del extremismo de derechas ha pasado de poco más de 20.000 a más de 50.000. De estos, 15.300 son considerados extremistas violentos, un aumento significativo con respecto al año anterior [unas 800 personas más]”. En su opinión, si bien no es de extrañar que las dos cifras aumenten, “es dramático que esto avance a tal velocidad”.
Al mismo tiempo, se incrementaron también los crímenes con trasfondo de extrema derecha un 47,4% hasta situarse en “una cifra dramática de casi 38.000 delitos registrados”, de los cuales, un 3,4% fueron con violencia. Hace un mes, el Ministerio del Interior dio a conocer que en 2024 se registró un récord de delitos con motivaciones políticas: más de 84.000 casos.
El aumento de la ultraderecha también tiene relación, entre otras cosas, con el creciente número de afiliados al partido Alternativa para Alemania (AfD), la segunda formación más votada en las pasadas elecciones generales de febrero. AfD aseguró el pasado noviembre tener alrededor de 50.000 afiliados. En el informe, 20.000 simpatizantes de la plataforma ultra fueron clasificados como “potenciales extremistas de derecha”, frente a los 11.300 registrados en 2023.
Sin embargo, a pesar de la relación entre AfD y el incremento de extremistas de derecha, Dobrindt ha recordado que AfD ha recurrido ante la justicia la reciente clasificación de grupo de extrema derecha y ha señalado que, aunque él “no tiene duda” de que es un partido de extrema derecha, hay que esperar a la decisión judicial. Ha rechazado, sin embargo, que esta clasificación sea suficiente como base para abrir un procedimiento para prohibir el partido.
La influencia de internet
El vicepresidente de la BfV, Sinan Selen, ha destacado que “cada vez hay más jóvenes que se radicalizan en internet, son instruidos y, en ocasiones, pasan a la acción”, algo que se puede aplicar tanto al ámbito del extremismo de derecha como del islamismo. Esto supone “un reto especial” para los servicios de inteligencia del país, porque “no están ideológicamente formados durante un largo periodo de tiempo, sino que se radicalizan muy rápidamente y también desarrollan una disposición a pasar a la acción”.
Para Selen, también es “especialmente preocupante”, en el ámbito del extremismo de derecha, la existencia de subculturas online de jóvenes, poco ideológicas, pero “extremadamente violentas y radicalizadas”, entre las que destacó dos organizaciones: Jung und Stark (Jóvenes y fuertes) y Deutsche Jugend Voran (Juventud alemana al frente).
Asimismo, según la BfV, también hubo un ligero aumento del número de extremistas de izquierda que creció en 2024 de 37.000 a unos 38.000. Dobrindt ha afirmado que el conflicto de Oriente Próximo también ha influido en el aumento y que está cobrando “cada vez más importancia”. “La escena extremista de izquierda también actúa aquí como agitadora y motor de movilización”, ha asegurado.
En cuanto a los extremistas de izquierda considerados violentos, el número de personas se mantuvo al nivel del año anterior, con 11.200 extremistas. Sin embargo, Dobrindt señaló el gran aumento del número de personas en este espectro en los últimos diez años.
Sabotaje
Junto a este aumento del extremismo, Alemania tiene que hacer frente también a sabotajes, espionaje, desinformación, así como actos violentos y amenazas. “El orden constitucional de Alemania se ve amenazado casi a diario”, ha señalado Dobrindt. En especial, los servicios secretos alemanes han detectado que cada vez es más frecuente el uso de los conocidos como “agentes de bajo nivel” para llevar a cabo espionaje o sabotajes en Alemania. “Aquí estamos observando un claro aumento”, ha declarado el ministro. También ha recordado que los ataques no solo vienen desde Rusia, sino que viene desde “diferentes actores” como China, que sigue activa, tanto en el ámbito de operaciones cibernéticas como en el del espionaje económico y de influencia.
Las nuevas cifras de extremistas en Alemania se presentaron el mismo día que comenzó el juicio sobre la prohibición de la revista de extrema derecha Compact, ordenada hace casi un año por el Ministerio de Interior, que la calificó como “portavoz central de la escena de extrema derecha”. El Tribunal Administrativo Federal de Leipzig tiene que analizar ahora si, como alega el Gobierno alemán y la BfV, la revista abierta en 2010 atenta contra la dignidad humana de determinados grupos al propagar un concepto nacionalista y étnico, y fomentar el odio contra los inmigrantes, los musulmanes y los judíos con publicaciones antisemitas.
