El jefe del Estado Mayor ruso, Valeri Guerásimov, el planificador de la “ofensiva relámpago” de 2022, analizó este fin de semana los resultados de su campaña militar de verano en el cuarto año de la invasión de Ucrania. En un discreto segundo plano estaba colgado un mapa que ha llamado la atención en Rusia. En él no solo aparecían dentro de la frontera rusa las cinco regiones ucranias que el presidente ruso, Vladímir Putin, se ha adjudicado sobre el papel en su Constitución: Crimea, Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. También figuraban como rusas las provincias de Odesa y Mikolaiv, situadas a cientos de kilómetros de un frente estancado. Según el mapa, la Federación de Rusia llegaría hasta la frontera de Moldavia.
“Debemos crear una zona de seguridad. Esto incluye las regiones de Sumi, Járkov, Dnipropetrovsk, Mikolaiv y Odesa. Estos territorios son parte de los objetivos de la operación militar especial que estamos llevando a cabo actualmente”, respondió Víktor Sóbolev, general y miembro de la comisión de Defensa de la Duma Estatal, la Cámara baja rusa, al comentar este mapa al medio Podiom. “La decisión sobre si los territorios de la zona de seguridad pasarán a formar parte de Rusia corresponderá a los residentes de esas regiones”, ha agregado el diputado. Sin embargo, en las zonas ocupadas actualmente por Rusia nadie preguntó a sus millones de habitantes si preferían el exilio o que les impusieran el pasaporte ruso, y ver arrasadas sus ciudades. Este periódico ha podido constatar tanto en las provincias de Lugansk como de Donetsk que prácticamente nadie esperaba la guerra. Para la mayoría ha sido una pesadilla.
No es la primera vez que los mandos militares insinúan que Odesa está en el punto de mira. En abril de 2022, dos meses después de comenzar la invasión, el vicecomandante del Distrito Militar Central ruso, Rustam Minnekáyev, declaró que los objetivos iniciales eran tomar el sur y el este de Ucrania y llegar hasta la región separatista moldava de Transnistria, donde el Kremlin tiene destacadas más tropas.
Más allá de la expansión territorial en Odesa o Donbás, el objetivo final que ha dejado entrever Putin a lo largo de estos años sería la capitulación de Ucrania, ahora o en una ofensiva renovada tras una tregua. Por ello exige imponer en Kiev un Gobierno títere (su “desnazificación”, en palabras del Kremlin) y que quede indefensa (su “desarme”).
Los analistas militares rusos han especulado con la intencionalidad del mapa desplegado a la espalda de Guerásimov, aunque todos coinciden en que fue mostrado deliberadamente.
Según la agencia Reuters, Vladímir Putin ha propuesto al presidente estadounidense, Donald Trump, que Ucrania entregue todo el territorio que aún controla en la provincia de Donetsk y la porción diminuta que retiene de la de Lugansk a cambio de una frágil tregua en los frentes de Jersón y Zaporiyia.
Una especulación habitual en los canales proguerra rusos es que Moscú pretende presionar a sus enemigos al enseñar el mapa. “Es una señal directa sobre el contorno que podrían tener las fronteras de Ucrania la próxima vez que muestren un mapa en la Casa Blanca si Kiev se niega a aceptar las condiciones de Moscú”, señala el canal militarista ruso TopWar.
El jefe del Estado Mayor ruso dejó ver que no habrá paz a corto plazo. “La implementación de las tareas de la operación militar especial por parte del grupo conjunto de fuerzas [el ejército ruso] continuará con acciones ofensivas”, declaró Guerásimov tras proclamar ante sus generales que sus fuerzas se han apoderado de 3.500 kilómetros cuadrados de territorio y 149 asentamientos desde marzo de 2025.
Para algunos analistas militares, las afirmaciones de Guerásimov son “una exageración”. “Las fuerzas rusas han ganado solo unos 2.346 kilómetros cuadrados de territorio ucranio y se han apoderado de 130 asentamientos desde el 1 de marzo”, replica el Instituto para el Estudio de la Guerra. “El Kremlin intenta convencer a Occidente de que es inevitable que Rusia logrará sus objetivos bélicos en el campo de batalla, por lo que Ucrania debería ceder a sus demandas y Occidente dejar de apoyarla”, agrega el think tank estadounidense.
Rusia controla un 18% del territorio de Ucrania, ligeramente menos que en noviembre de 2022, según DeepState, un proyecto ucranio que monitorea la evolución del frente. La zona ocupada suma 90.753 kilómetros cuadrados si se incluye tanto el terreno conquistado desde 2022 [46.790 kilómetros cuadrados] como las zonas escindidas de facto de Kiev en 2014, Crimea y parte de Donetsk y Lugansk.
Por su parte, el comandante que inició la guerra de Donbás con su irrupción sorpresa en Sloviansk (en la provincia de Donetsk) en 2014, hoy bajo control ucranio y lejos de las manos rusas, Ígor Guirkin, apodado Strelkov, también ha criticado el triunfalismo de su alto mando. “En el frente continúa un lento, pero muy sangriento, tira y afloja. Nuestra ofensiva aún no ha alcanzado éxitos operativos y se ha limitado a éxitos tácticos muy modestos”, escribió el militar desde la cárcel donde fue confinado en 2024 por sus críticas a la dirección de la guerra.
Los lentos avances rusos no han culminado ninguna conquista significativa, ni siquiera las localidades de Pokrovsk o Toretsk, amenazadas desde hace más de un año, pero siguen desangrando a Rusia. Un análisis conjunto de los medios independientes rusos Meduza y Mediazona y la cadena británica BBC apunta a que las fuerzas armadas de Putin acumulan más de 200.000 muertos desde el inicio de la guerra, bajas a las que habría que sumar cientos de miles de heridos más. Su estimación es resultado del estudio de los registros oficiales de sucesiones y otras fuentes abiertas, como listas bajas y necrológicas.
Mientras, el Kremlin sigue dilatando las negociaciones de paz con la esperanza de que el Gobierno y el ejército de Ucrania se desplomen un día. Un importante asesor de política exterior de Putin, Yuri Ushakov, desmintió este lunes las declaraciones de Trump acerca de un posible encuentro entre los presidentes de Rusia y Ucrania.
“Lo que se difunde en la prensa no coincide exactamente con lo acordado. Ahora hablan de una reunión trilateral, de una reunión entre Putin y Zelenski. Que yo sepa, no hubo acuerdo entre Putin y Trump sobre esto”, ha enfatizado el diplomático.