El primer ministro de Portugal, Luís Montenegro, ha logrado este miércoles lo que demandó en campaña electoral en cada acto y en cada rincón, cuando se ideó un lema y una canción para tratar de reforzar su imagen de gestor: “Deixem o Luís trabalhar!” (Dejen trabajar a Luis). Los electores no le penalizaron por mantener su empresa familiar activa desde que llegó al cargo en 2024 y le dieron una segunda oportunidad, pero el líder de la coalición conservadora Alianza Democrática (AD) necesitaba superar en el Parlamento la votación del programa de gobierno con apoyos de la oposición.
Este miércoles los ha recibido a manos llenas en un hemiciclo donde la derecha es hegemónica y donde los socialistas, en plena catarsis interna tras su fracaso electoral, quieren contribuir a la gobernabilidad y evitar un nuevo ciclo de inestabilidad. Tanto la ultraderecha de Chega como el Partido Socialista, los dos grupos mayoritarios de la oposición, e Iniciativa Liberal votaron a favor del programa de gobierno de Montenegro y se opusieron a la moción de rechazo que había presentado el Partido Comunista Portugués, que solo recibió el respaldo de otros dos grupos minoritarios de la izquierda (Livre y Bloco de Esquerda). Las críticas del líder comunista, Paulo Raimundo, se resumieron en una frase: “El programa huele a troika”.
Montenegro celebró la votación y dijo que el Gobierno “salía legitimado del Parlamento” y solicitó “la colaboración” de la Cámara para sacar adelante en el futuro las medidas. La coalición AD suma 91 diputados, lejos de los 116 de la mayoría absoluta. Esto le obligará a buscar consensos con otros grupos para aprobar los Presupuestos del Estado y decidir nombramientos en instituciones, entre otros asuntos. Muchos comentaristas vaticinan que le resultará más fácil apoyarse en un Partido Socialista en estado crítico, tras su descalabro electoral (pasó de 78 a 58 diputados), que en Chega, el partido de ultraderecha envalentonado tras convertirse en la principal formación de la oposición, con 60 escaños.
A pesar de su voto favorable al programa, el líder de Chega, André Ventura, avisó de que no será “la muleta” del Gobierno y que su formación se presenta como “alternativa” a AD. El tono del socialista José Luís Carneiro, el único candidato previsto para liderar el Partido Socialista en sustitución de Pedro Nuno Santos, fue más conciliador. Ejercerá, dijo, una oposición “responsable, constructiva, aunque firme, contribuyendo a la consolidación” de la “democracia”. Carneiro advirtió que rechazarán cualquier medida de desmantelamiento del Estado del bienestar y criticó la falta de “ambición” del Ejecutivo para resolver la crisis de la vivienda.
El Gobierno incorporó a su programa 80 medidas propuestas por los demás grupos políticos. En el debate celebrado el martes, Montenegro destacó las políticas previstas para reformar el Estado (“declaramos la guerra a la burocracia”, dijo), la rebaja de impuestos y el endurecimiento de las políticas migratorias, con una reforma de la ley de la nacionalidad y la creación de una nueva unidad de control de extranjeros y fronteras.
