La presencia de un pistolero en la base militar de Fort Stewart, en el Estado de Georgia (Estados Unidos), ha obligado a cerrar el acantonamiento en la mañana de este miércoles, mientras la página de Facebook del fuerte refería “una situación en curso” en la que se han producido “bajas”. Fuentes del ejército han informado poco después de que cinco militares han resultado heridos y han sido atendidos en el lugar antes de ser evacuados al hospital, así como de la detención del atacante, que ha resultado ser un militar de ese destacamento, según fuentes de la investigación.
Quornelius Radford, de 28 años, sargento de logística automatizada asignado al Equipo de Combate de la Segunda Brigada, donde se produjo el tiroteo, usó una pistola personal para atacar a sus compañeros de unidad, antes de ser neutralizado por otros militares presentes. No había combatido en el extranjero y no tenía antecedentes conocidos de problemas disciplinarios o de comportamiento en el ejército, pero sí se ha confirmado que había sido arrestado en mayo por conducir bajo los efectos del alcohol, algo que sus mandos ignoraban hasta hoy.
“Creo que fue arrestado localmente por un DUI [infracción por conducir bajo los efectos del alcohol]. Eso era desconocido para su cadena de mando hasta que ocurrió el suceso y nos pusimos a buscar [antecedentes] en las bases de datos de las fuerzas del orden”, ha informado el general de brigada John Lubas.
“Todos [los heridos] se encuentran estables y se espera que todos ellos se recuperen”, ha añadido el portavoz castrense durante una rueda de prensa.
Fort Stewart entrena y despliega unidades del ejército activas y de reserva y es el hogar de la 3ª División de Infantería. Se encuentra a unos 65 kilómetros al suroeste de la ciudad de Savannah. En el cuartel viven más de 10.000 personas, entre militares, familias y personal civil.
El incidente se ha producido en el área del equipo de combate de la 2ª Brigada Blindada sobre las once de la mañana (17.00 en la España peninsular). Una hora después, portavoces del Ejército daban por concluido el suceso, con la detención de un sospechoso, sin entrar en detalles. Fue neutralizado “a las 11.35 y no hay ninguna amenaza activa”, reza el escueto comunicado, en el que las autoridades castrenses evitaban dar más información a la espera de que avanzara la investigación de lo sucedido.
El presidente Donald Trump ha sido informado del tiroteo, según la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. “La Casa Blanca está monitoreando la situación”, dijo Leavitt en una publicación en X.
La Oficina del Sheriff del condado ha contribuido en la respuesta al tiroteo, que ha incluido el cierre “por precaución” de tres escuelas del distrito, pero ha remitido todas las preguntas y comentarios al ejército. También tiene conocimiento del caso la oficina del FBI en Atlanta, capital del Estado, y Savannah, que se está “coordinando con la División de Investigación Criminal del Ejército para cualquier asistencia que puedan requerir”.
El gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp, ha escrito en la red social X que tanto él como su familia están “tristes por la tragedia de hoy” en la base. “Tenemos a las víctimas, a sus familias y a todos aquellos que han respondido al llamamiento de servicio [los militares] en nuestros corazones y oraciones, y pedimos a todos los georgianos que hagan lo mismo”, ha dicho Kemp.
