La región de Cataluña declarará oficialmente la emergencia para afrontar el brote de peste porcina africana (PPA), tras el reciente hallazgo de jabalíes infectados en varias zonas cerca de Barcelona.
“La rápida propagación del virus y el riesgo de que algún animal pueda escapar de la zona de confinamiento y pasar la enfermedad a otras comunidades autónomas hacen necesario declarar la emergencia”, dijo la portavoz del Gobierno regional, Sílvia Paneque, este martes.
La medida permitirá activar “contratos de emergencia” para la contratación de servicios, suministros y obras necesarios para contener, prevenir y paliar los efectos del brote, desde material veterinario y desinfección, hasta vigilancia, recogida de animales muertos y control en el entorno rural y urbano.
Este martes, las autoridades han completado el rastreo de unas 11.000 hectáreas contenidas dentro de un radio de diez kilómetros desde el punto en el que se encontraron los primeros jabalíes infectados. De momento, se han hallado los cadáveres de decenas de jabalíes, aunque solo 13 han dado positivo por la peste porcina africana.
“Lo más importante es que el foco siga contenido: para recuperar mercados, para normalizar la situación, y eso solo será posible si los positivos se mantienen dentro del foco“, afirmó el consejero de Agricultura de la Generalitat, Òscar Ordeig.
Un juez investigará el origen del brote
Este martes, un juzgado en Cerdanyola del Vallès (Barcelona) ha recibido un atestado relacionado con el brote de peste porcina africana detectado recientemente, en lo que podría derivar en una causa criminal por un presunto delito medioambiental. Parte de las diligencias podrían quedar bajo secreto de sumario en los próximos días.
La Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra han remitido informes preliminares que buscan esclarecer si el foco podría estar relacionado con negligencias, fallos en bioseguridad o una posible acción deliberada, en un contexto de fuerte impacto económico para el primer sector ganadero catalán.
La dimensión del brote supera lo local. Un informe interno del Ministerio de Agricultura (MAPA), fechado el 13 de noviembre, señala a Rusia como uno de los principales responsables de la propagación de la PPA en la Unión Europea.
Según este documento, el virus habría entrado en Rusia desde el Cáucaso en 2007 y se habría extendido hacia el norte entre 2011 y 2012 debido a graves deficiencias en bioseguridad, explotaciones al aire libre y prácticas de riesgo como la alimentación de cerdos con restos de comida sin tratar.
Estas condiciones, sostiene el MAPA, facilitaron que la enfermedad se asentara de manera persistente en fauna silvestre y explotaciones, expandiéndose posteriormente hacia países del este europeo hasta afectar a 13 Estados miembros en 2025.
¿Está Rusia detrás?
La semana pasada, el Ministerio de Agricultura español hizo público un informe que no descarta que el brote haya salido de un laboratorio, tras confirmar que la variante encontrada en los jabalíes infectados no coincide con las cepas que actualmente circulan en Europa.
Según el documento, publicado por el propio Ministerio el 5 de diciembre, el análisis genético revela similitudes con linajes antiguos asociados a la introducción del virus en el Cáucaso en 2007, lo que obliga a explorar vías de entrada poco habituales.
A raíz de estos datos, MAPA ha solicitado la intervención de unidades especializadas para examinar escenarios que incluyen una posible fuga accidental vinculada a instalaciones de biocontención o laboratorios que manipulan el virus con fines de investigación.
Centros científicos situados en el área metropolitana han asegurado que no han registrado fallos en sus protocolos de seguridad, pero el Ministerio considera necesario descartar cualquier hipótesis siguiendo los procedimientos de investigación epidemiológica.
