André Ventura, fundador y candidato del partido ultraderechista Chega, tuvo que abandonar esta mañana un acto electoral en Odemira, en el sur de Portugal, al sentirse indispuesto. El político fue conducido en ambulancia hasta el centro de salud de la localidad alentejana y, de ahí, fue trasladado al hospital de Santiago de Cacém, según la agencia Lusa. Ventura participaba en una “arruada”, uno de esos típicos desfiles por los centros urbanos que realizan los candidatos arropados por sus seguidores y que son frecuentes en las campañas electorales portuguesas.
El acto había creado expectación porque era el retorno del candidato populista a la campaña, tras sufrir un primer episodio que obligó a hospitalizarlo durante unas horas en el hospital de Faro, en el Algarve, la noche del martes. En aquella ocasión se atribuyó a un reflujo gástrico relacionado con un pico de tensión arterial. El episodio ocurrió mientras participaba en una cena-mitin en Tavira.
El presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que conversó con el político tras el primer incidente, ha declarado hoy que confía en su recuperación y le recomendó que tenga “juicio”. “Mi opinión es que debía tomar precauciones y no haberse lanzado de inmediato en un día que está siendo muy caluroso. Y en las campañas las personas abrazan, aprietan y besan”, declaró. El líder de Chega solo suspendió su participación en los actos del miércoles, cuando compartió un vídeo en redes para dar las gracias al personal sanitario y a los simpatizantes que se habían preocupado por su estado de salud.
La atención que recibió en el hospital de Faro, donde le ingresaron en una habitación individual, un tratamiento otorgado a personas VIP, está generando cierta polémica debido a que en el pasado Ventura atacó esas diferencias en la atención médica del Servicio Nacional de Salud. “¿Qué querían? ¿Que los gitanos me matasen en un pasillo?“, soltó Ventura a los periodistas que le preguntaron por la controversia esta mañana.
El fundador de Chega ha protagonizado varios incidentes con personas de etnia gitana, que le han insultado en varias localidades portuguesas. En el intercambio de insultos han participado pocas personas, pero se han repetido a lo largo de la campaña.
