Nairobi, la capital keniana, ha amanecido este jueves entre los estragos causados por las intensas protestas que este miércoles sacudieron Kenia, y que han dejado al menos 16 muertos, según cifras de Amnistía Internacional. Edificios calcinados y restos humeantes dan cuenta de una noche marcada por saqueos e incendios, desatados durante las manifestaciones encabezadas por jóvenes que conmemoraban el primer aniversario de las marchas y manifestaciones contra la subida de impuestos en las que el año pasado murieron al menos 60 personas por disparos de la policía.
Las movilizaciones de este miércoles también expresaban el rechazo por la reciente muerte del bloguero Albert Ojwang, de 31 años, detenido este mes por agentes de la policía en el marco de una investigación iniciada por una denuncia del subdirector de la Policía Nacional, Eliud Lagat. Durante este mes se han producido varias marchas tras la muerte del bloguero, quien fue golpeado en prisión. En el marco de la investigación, la Fiscalía dio luz verde a la imputación por asesinato contra seis personas, entre ellas, tres policías. Los seis acusados se declararon inocentes.
La policía disparó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a la multitud en Nairobi, y también se produjeron enfrentamientos aislados en otras ciudades. Reuters registró varios manifestantes heridos en enfrentamientos con la policía. El ministro del Interior de Kenia, Kipchumba Murkomen, afirmó el jueves que las protestas de esta semana eran “terrorismo disfrazado de disidencia”, y acusó a los manifestantes de intentar un golpe de Estado.
Las manifestaciones de 2024, surgidas contra la propuesta del Ejecutivo de William Ruto de alza de impuestos, estuvieron lideradas por jóvenes pertenecientes a la generación Z —nacidos entre mediados de los noventa y los primeros años de la década pasada—, por lo que el movimiento se autodenomina informalmente como Generación Z. El clima de crispación fue tal que las marchas del pasado año llegaron a derivar en el asalto del Parlamento por un grupo de manifestantes.
El director ejecutivo de Amnistía Internacional en Kenia, Irungu Houghton, ha declarado que las 16 personas que murieron el miércoles fallecieron por heridas de bala, presuntamente infligidas por agentes de las fuerzas de seguridad. La policía no ha informado de víctimas ni de ningún tiroteo. El portavoz policial Muchiri Nyaga no respondió a una solicitud de comentarios.
“Miren: quemaron todo. Así que, por favor, Gobierno, intenten hablar con la Generación Z. Porque esto ocurrió por culpa de la Generación Z. Así que, Generación Z, intenten sentarse y hablar con el Gobierno”, ha dicho Ibrahim Hamisi, propietario de uno de los edificios incendiados.
La comerciante Josephine Apondi dijo que unos “matones” habían saqueado teléfonos y aparatos electrónicos por valor de dos millones de chelines (unos 13.248 euros) de su tienda de Nairobi. “La situación en nuestro país es muy difícil ahora mismo. A veces llegamos de la mañana a la noche y no hemos vendido nada. Y recordar que esto es algo en lo que han invertido durante tanto tiempo”, ha dicho.
Los medios de comunicación kenianos también han informado de casos de destrucción y saqueo en otros 26 condados donde se produjeron protestas.