La policía neozelandesa ha abatido esta madrugada a disparos a un hombre que se había fugado hace cuatro años junto a sus tres hijos menores y que durante ese tiempo había sobrevivido escondido en un bosque. El hombre ha muerto por los disparos de la policía tras intentar perpetrar un robo. Iba acompañado por su hija, que no ha resultado herida, y los otros dos niños han sido localizados poco después.
El hombre, identificado como Tom Phillips, fue alcanzado por disparos de la policía mientras los agentes respondían a un aviso por robo a mano armada en el oeste de Waikato, en la Isla Norte de Nueva Zelanda, al noroeste de la ciudad de Auckland, a primera hora de la mañana.
Según el atestado oficial, una de sus hijas se encontraba con él durante el tiroteo y resultó ilesa, mientras que uno de los agentes resultó herido tras recibir un disparo a quemarropa en la cabeza y fue trasladado en helicóptero al hospital, según ha declarado la subcomisionada interina de la Policía de Nueva Zelanda, Jill Rogers. Poco después del incidente, los otros dos niños han sido localizados en una zona remota del bosque gracias a la ayuda de la hermana.
La madre de los niños, Catherine, ha declarado sentirse “profundamente aliviada” por que la niña presente en el incidente no haya resultado herida y por la localización del resto de sus hijos. “Ante todo, nos sentimos profundamente aliviados de que para nuestros niños esta dura experiencia haya llegado a su fin. Los hemos extrañado muchísimo cada día durante casi cuatro años, y estamos deseando darles la bienvenida a casa con amor y cariño”, dijo la madre en declaraciones la cadena estatal Radio New Zealand.
El caso ha captado la atención de Nueva Zelanda durante casi cuatro años y la familia de Phillips había hecho un llamamiento directo para que se entregara, después de que fuera visto recientemente con uno de sus hijos durante un robo en un supermercado, registrado por cámaras de seguridad.
El padre había huido a un bosque en Waikato en diciembre de 2021 con sus tres hijos: Ember, que ahora tiene 9 años, Maverick, de 10, y Jayda, de 12, tras una supuesta disputa con la madre de los niños.
Phillips y sus tres hijos vivían anteriormente en Otorohanga, también en la región de Waikato, antes de su desaparición, y según medios locales, la familia pasaba gran parte del tiempo en la pequeña zona costera de Marokopa, en una granja propiedad de los padres de Phillips. Considerado un hábil cazador y experto en vida silvestre, Phillips se había convertido en padre a tiempo completo tras separarse de la madre de los niños.