
El presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha rechazado cualquier intento de “injerencia política” en respuesta a un polémico documento del Gobierno de Estados Unidos publicado la semana pasada en el que se instaba a Europa a cambiar de rumbo o enfrentarse a un “borrado civilizatorio”.
En una conferencia en París el lunes, Costa dijo que Washington no puede elegir en nombre de los ciudadanos europeos qué políticas son correctas o a quién deben votar, en el rechazo más fuerte hasta la fecha de un funcionario de la UE a la administración Trump. Su comentario se produce después de que Estados Unidos actualizara su Estrategia de Seguridad Nacional, pidiendo a Europa que invirtiera el rumbo y elogiando a los “partidos patrióticos europeos” que se resisten a las políticas de Bruselas.
El documento de 33 páginasargumentaba que una combinación de políticas económicas mal diseñadas, migración ilegal y regulación excesiva podría llevar a la desaparición de Europa como civilización. Estados Unidos sugirió que su objetivo es “ayudar a Europa a cambiar su trayectoria actual”.
Costa contraatacó diciendo que “los aliados no amenazan con interferir en la vida política ni en las opciones democráticas internas de otros aliados” y defendió la autonomía de Europa para elegir su propio camino a la hora de fijar sus políticas. “Estados Unidos no puede sustituir a Europa para decir qué visión tenemos y cuál es la libertad de expresión”, dijo Costa.
Estados Unidos es un aliado y un socio
El jefe del Consejo afirmó que Estados Unidos sigue siendo un aliado y un socio, pero que Europa debe ser más fuerte y soberana. “Si quieres ser fuerte en la escena internacional, tienes que ser fuerte en casa”, añadió Costa. También dijo que Europa debe confiar más en sus propias capacidades y fuerzas en la escena mundial.
Las tensiones políticas entre Estados Unidos y la UE se intensificaron durante el fin de semana. El viernes, la Comisión Europea multó con 120 millones de euros a la plataforma de redes sociales X, antes conocida como Twitter, del multimillonario tecnológico Elon Musk, por incumplir las normas de transparencia de la legislación de la UE. Musk respondió diciendo que el bloque de 27 miembros debería desmantelarse y “volver a los países individuales” en una serie de mensajes en los que dirigía su ira contra la UE.
La sanción, que la Comisión defiende como jurídicamente correcta y que Musk podría impugnar ante los tribunales, se sumó a las críticas de EE.UU. de que la UE castiga injustamente a las grandes tecnológicas estadounidenses y sirve para censurar contenidos en línea.
El vicepresidente de EE.UU., JD Vance, se hizo eco de este punto en la Conferencia de Seguridad de Múnich a principios de este año, donde argumentó que los Comisarios europeos actuaban como comisarios al estilo soviético, y también apareció en la revisión de la Estrategia de Seguridad Nacional.
El documento acusaba a Europa de “subversión de los procesos democráticos” y condenaba al bloque como organización internacional que socava la libertad y la soberanía políticas. La UE ha defendido sistemáticamente las normas digitales como herramientas para proteger a los consumidores y ha rechazado las acusaciones de censura.
