
Cientos de residentes de Hong Kong se reunieron el domingo para depositar flores en Wang Fuk Court, de luto por las víctimas del incendio más mortífero de la ciudad en décadas.
La tragedia, que causó 159 muertos, se produjo menos de dos semanas antes de unas elecciones legislativas estrictamente controladas, en las que solo se permitió concurrir a ‘patriotas’. Al caer la tarde, las velas se dispusieron a lo largo de la acera, la Policía vigilaba en silencio y las familias permanecieron en silencio. Las autoridades señalaron que la zona se despejará pasada la medianoche.
Los equipos forenses siguen examinando lo que la Policía describió como ‘presuntos restos óseos humanos’, y alertan de que la cifra de muertos podría aumentar.
Mientras, los votantes acudieron a las urnas en un ambiente cargado de dolor y contención.
