La mala mar vuelve a interponerse entre la Global Sumud Flotilla y su objetivo de llegar a Gaza y romper el bloqueo israelí en la Franja. Alrededor de una decena de los 30 barcos que zarparon este lunes por la tarde desde el puerto de Barcelona se ha visto obligada a regresar de nuevo al punto de salida. Pese a que el viento ha disminuido con respecto al domingo, cuando también tuvieron que darse la vuelta varias horas después de salir arropados por centenares de personas, el fuerte oleaje ha afectado de nuevo a las embarcaciones más pequeñas, principalmente veleros.
La noche a bordo ha sido dura para muchos participantes en la misión, donde los mareos, el malestar y los vómitos han sido la tónica habitual. Además, la mala mar ha provocado daños en algunos barcos, como fugas de agua o problemas eléctricos y mecánicos, por lo que aún es pronto para saber si todos aquellos que han regresado a puerto podrán retomar la misión en algún momento o se verán obligados a abandonarla.
Alrededor de una veintena de embarcaciones siguen adelante rumbo a Túnez, donde están preparados otros 20 barcos de la Flotilla africana para unirse a la misión de llegar a Gaza con ayuda humanitaria y romper el bloqueo israelí.
Marinette, un velero de 12 metros en el que viaja EL PAÍS, tampoco se ha librado de los problemas. El motor ha comenzado a fallar a primera hora de la mañana y se encuentra navegando exclusivamente a vela. Está previsto que un mecánico de la organización que viaja en otro barco acuda para comprobar la dimensión del problema. En caso de no poder solucionar el fallo a bordo, se contemplan dos opciones: regresar al puerto de Barcelona o intentar parar en las costas baleares. Los seis tripulantes a bordo, todos de diferentes nacionalidades de tres continentes, apuestan por esta última alternativa. Además, siguen convencidos de que se podrá llegar, como mínimo, a Túnez.
La travesía por el Mediterráneo tenía previsto una duración inicial de entre 15 y 20 días, pero el mal tiempo y las recurrentes vueltas al punto de partida podrían hacer que la flotilla no llegue a Gaza antes de finales del mes. La expedición, que según sus organizadores es “la mayor flotilla de la historia”, cuenta con la participación de unos 200 ciudadanos de 44 países, entre ellos la activista Greta Thunberg, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el activista brasileño Thiago Ávila.