El enviado de Estados Unidos para Siria, Tom Barrack, ha anunciado que los Gobiernos de Israel y Siria han alcanzado un acuerdo de alto al fuego para acabar con los bombardeos que las fuerzas israelíes han llevado a cabo en territorio sirio durante la última semana a raíz de los enfrentamientos entre la minoría drusa y clanes beduinos. Los choques han costado la vida a más de 700 personas.
“El primer ministro israelí [Benjamín Netanyahu] y el presidente sirio, Ahmed al Shara, han acordado con el apoyo de EE UU un alto el fuego, aceptado por Turquía, Jordania y los [países] vecinos”, ha informado Barrack mediante una publicación en su perfil de la red social X (antes Twitter).
El enviado especial de presidente Donald Trump ha aprovechado el post para instar a las partes enfrentadas en la ciudad siria de Sueida, al sur del país, a “deponer las armas para construir una nueva identidad siria unida en paz y prosperidad con sus vecinos”. Desde el derrocamiento del presidente Bashar el Asad en diciembre y la llegada al poder de los antiguos rebeldes yihadistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS), la batalla de Sueida ha sido el recordatorio más grave de que la reconstrucción del país árabe tras casi una quincena de años de guerra civil es un empeño volátil. Antes de estallar las hostilidades en Sueida, el Gobierno del presidente Al Shara —líder del grupo HTS, con el nombre de guerra de Abu Mohamed al Golani— ya había hecho frente a otros problemas de seguridad, algunos de ellos de tinte sectario como los de Sueida.
A primeras horas de la madrugada, hora local en Oriente Próximo, ni las autoridades israelíes ni las sirias se han pronunciado sobre el anuncio de Barrack, que se desempeña como embajador de EE UU en Turquía. Tampoco había habido reacción oficial por parte del Departamento de Estado estadounidense.
Israel ha bombardeado esta semana distintas posiciones del Ejército sirio tanto en la zona de Sueida como en la capital, Damasco, incluida la sede del Ministerio de Defensa, con el pretexto de “proteger” a los drusos, parte de una pequeña pero influyente minoría también presente en el Líbano e Israel.
La presidencia siria había anunciado un alto al fuego en la zona el martes y la retirada de su Ejército de la gobernación de Sueida, aunque este viernes había anunciado su intención de desplegar fuerzas gubernamentales para poner fin a los combates. El presidente Al Shara ha acusado al Estado judío de torpedear “la unidad del pueblo” sirio y asegurado que la defensa de los drusos es prioritaria.
Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, sostuvo el miércoles que “el régimen sirio debe dejar tranquilos a los drusos en Sueida y retirar sus fuerzas”.
El Observatorio Sirio para los Derechos humanos, un grupo con sede en Londres que se nutre de informadores sobre el terreno, ha cifrado en 718 los muertos desde el inicio de los enfrentamientos la semana pasada entre los milicianos drusos y beduinos respaldados por tribus árabes y las fuerzas de seguridad de Damasco.
Según dicha fuente, la principal para los informadores durante la guerra civil siria, 287 muertos son miembros de las fuerzas de seguridad gubernamentales; una quincena de 15 ellos murieron como consecuencia de los ataques aéreos israelíes. Además, el Observatorio ha confirmado la muerte de 391 drusos, incluidos 80 civiles, entre ellos siete niños, y 165 ejecutados por las fuerzas de seguridad; y 21 beduinos.
A este balance —que incluye las víctimas confirmadas en los enfrentamientos que arrancaron el domingo por la mañana— se suma la muerte de un periodista en circunstancias sin aclarar, y la de tres civiles como consecuencia del ataque israelí contra el Ministerio de Defensa en Damasco.