La Unión Europea ha llegado a la cumbre del G-7 en Kananaskis, en las Montañas Rocosas de Canadá, con un mensaje claro para el presidente Donald Trump: si quiere, como dice, que los aliados inviertan más en defensa, no debe poner palos en las ruedas mediante su política de aranceles que provoquen tensiones comerciales y problemas en las economías.
En una rueda de prensa junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha instado a Trump a evitar “medidas proteccionistas”. Bruselas y Washington se encuentran inmersos en negociaciones para llegar a un acuerdo comercial contra reloj antes de que expire el 9 de julio el plazo que el presidente estadounidense ha declarado para imponer gravámenes del 50% a los productos europeos.
Aunque los 27 esperan poder llegar a un acuerdo de principio para esa fecha, también consideran que será necesario prolongar las conversaciones para seguir negociando los detalles de lo que Costa ha descrito como “la relación comercial más relevante del mundo”.
Los planes de Trump de imponer por doquier aranceles de un mínimo del 10%, y en muchos casos muy superiores a ese porcentaje, serán uno de los asuntos que dominarán las conversaciones de los líderes de las economías desarrolladas a lo largo de sus dos días de reuniones del G-7, plenarias y bilaterales, aunque no figuren en la agenda oficial.
Von der Leyen y Costa quieren reunirse con el presidente estadounidense a lo largo de la cumbre para dar un impulso a esas negociaciones. La presidenta de la Comisión había hablado ya este sábado con el republicano para preparar el terreno. “Todos necesitamos evitar medidas proteccionistas. Este es un mensaje importante que el G-7 tiene que enviar a los mercados mundiales”, ha instado en la rueda de prensa.
“En primer lugar, necesitamos solucionar la profunda incertidumbre y volatilidad de la economía global”, ha apuntado la líder europea. “Hoy en día, las tensiones comerciales persisten y los riesgos ya no son tan abstractos”.
El presidente del Consejo Europeo recurrió a un argumento con el lenguaje transaccional que prefiere Trump, y vinculó el gasto militar que exige el presidente estadounidense a Europa con la estabilidad económica necesaria para acometerlo, y que Estados Unidos ha alterado con su guerra comercial. “Lo que necesitamos es hablar con EE UU sobre cómo podemos asumir más responsabilidades”, y proteger la capacidad disuasoria del artículo 5 del tratado de la OTAN, que consagra el principio de la defensa mutua.
“Dado que eso es el asunto principal, deberíamos evitar introducir otros asuntos que perjudiquen nuestra capacidad económica para asumir mayores responsabilidades en nuestra defensa. Por eso no es el momento de crear incertidumbre económica. No es el momento de crear problemas comerciales, porque necesitamos reforzar nuestra base económica”.
Trump ha pasado de exigir que los europeos destinen el 2% de su PIB al gasto militar, como se comprometieron los socios hace una década, a reclamar que inviertan el 5%. Los aliados proponen aumentar sus presupuestos al 3,5%, y destinar otro 1,5% a la construcción o mejora de infraestructuras de uso dual, desde puertos a carreteras.
“Necesitamos proteger eso y centrarnos en lo que es más importante, lograr un buen acuerdo entre la Unión Europea y Estados Unidos para compartir las cargas en defensa”.