Europa asiste con aprensión y máxima alarma al nuevo estallido en Oriente Próximo. Tras el ataque de Israel a objetivos nucleares y militares en Irán y las promesas de represalia de Teherán, tanto los principales líderes europeos como las máximas autoridades comunitarias han enviado un mensaje de formas diferentes, pero de fondo común: todas las partes deben ejercer la “máxima contención” posible para evitar una escalada de consecuencias peligrosas no solo para la región, sino a nivel global.
“Hay que evitar una nueva escalada peligrosa, desestabilizaría toda la región”, advirtió un “profundamente preocupado” presidente del Consejo Europeo, António Costa, que ha pedido “contención y diplomacia”. En el mismo sentido, se expresó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que calificó de “profundamente alarmante” la situación: “Europa insta a todas las partes a que actúen con la máxima contención, reduzcan inmediatamente la tensión y se abstengan de tomar represalias”, declaró la jefa del Ejecutivo europeo. Según la alemana, una solución diplomática es “más urgente que nunca” tanto por la estabilidad regional como por la “seguridad global”.
“La diplomacia sigue siendo el mejor camino a seguir, y estoy dispuesta a apoyar cualquier esfuerzo diplomático encaminado a la desescalada”, acotaba la alta representante para Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, quien este mismo viernes habló por teléfono con el ministro israelí de Exteriores, Gideon Saar. Según fuentes comunitarias, también se han producido contactos, a más bajo nivel, con la contraparte iraní. “Estamos hablando con ambas partes, los canales están abiertos”, aseguró un portavoz.
En momentos en que el equipo de Kallas está revisando si Israel ha violado sus obligaciones del Acuerdo de Asociación con la UE sobre el respeto de los derechos humanos y el derecho internacional en el marco de su ofensiva en Gaza, Bruselas ha evitado pronunciarse sobre si el ataque contra Irán contraviene de algún modo el derecho internacional.
La preocupación por una escalada se ha extendido por las capitales comunitarias y también las extracomunitarias como Londres, que han multiplicado los contactos para intentar contener el conflicto.
París y Berlín convocaron sendas reuniones de sus gabinetes de seguridad nacional. Además, el presidente francés, Emmanuel Macron, mantuvo una conversación con el canciller alemán, Friedrich Merz, y el primer ministro británico, Keir Starmer. Según la oficina de este último, los tres líderes “discutieron las graves inquietudes sobre el programa nuclear de Irán que tienen desde hace tiempo y llamaron a todas las partes a abstenerse de una mayor escalada que pueda desestabilizar más aún la región”. Aunque “reafirmaron el derecho de Israel a la autodefensa”, los tres estuvieron de acuerdo en que “el camino a seguir es la resolución diplomática y no la acción militar”, de acuerdo con Downing Street.
También España ha pedido “contención” a todas las partes y, en un comunicado, ha reiterado su compromiso con la estabilidad en la región.
“La estabilidad en Oriente Próximo debe ser la prioridad y estamos comprometiendo a nuestros socios para reducir la tensión. Ha llegado el momento de la moderación, la calma y la vuelta a la diplomacia”, insistió Starmer en las redes sociales. “Para no poner en peligro la estabilidad de toda la región, hago un llamamiento a todas las partes para que actúen con la máxima moderación y rebajen la tensión”, pidió igualmente Macron. Además de con sus contrapartes de la UE, el presidente francés también ha hablado sobre el conflicto con su par estadounidense, Donald Trump, así como con el príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salmán; con el rey de Jordania, Abdalá II; el presidente de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed Al Nahyan, y el emir de Qatar, jeque Tamim bin Hamad Al Thani. Merz, por su parte, habló con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al igual que Starmer.