Estados Unidos reducirá la presencia de su personal no imprescindible y de familiares en su embajada en Irak y en bases militares de Oriente Próximo debido a las crecientes tensiones en la región, el aparente punto muerto de las conversaciones que Washington desarrolla con Teherán sobre el programa nuclear iraní, y el temor a un posible ataque israelí contra Irán.
El Departamento de Estado ha ordenado la repatriación de su personal no esencial en la Embajada estadounidense en Bagdad tras una revisión de la situación sobre el terreno y para “mantener la seguridad de los ciudadanos estadounidenses, tanto en casa como en el exterior”, según ha indicado en un comunicado. La directiva no afectará a un gran número de funcionarios, dado que la embajada ya operaba con un personal reducido. Además, el Departamento que encabeza Marco Rubio autorizará la repatriación voluntaria de familiares y del personal no imprescindible destinado en Bahreiní y Kuwait, según la agencia Associated Press.
Por su parte, el Pentágono ha “autorizado la marcha voluntaria” de familiares de militares destinados en distintos puntos de Oriente Próximo, según ha anunciado el Mando Central estadounidense en un comunicado. El Mando precisa que está “supervisando las tensiones en desarrollo en Oriente Próximo”.
La Casa Blanca también ha confirmado los movimientos: “el Departamento de Estado revisa con regularidad la situación del personal estadounidense en el exterior, y esta decisión se ha tomado como resultado de una revisión reciente”, ha indicado la portavoz presidencial Anna Kelly.
Las evacuaciones parciales se producen en un momento en el que las tensiones en la región, ya elevadas desde el comienzo de la guerra en Gaza en octubre de 2023, están en alza. Después de un comienzo en el que el presidente de EE UU, Donald Trump, derrochó declaraciones optimistas, las conversaciones entre Washington y Teherán sobre el programa nuclear iraní no parecen estar llegando a ninguna parte tras cinco rondas de contactos.
Para este fin de semana estaba prevista una nueva ronda, la sexta, en la que se esperaba que los representantes iraníes presentaran una contrapropuesta, después de haber rechazado un primer plan estadounidense. Trump ha amenazado en varias ocasiones con atacar Irán si esas negociaciones fracasan. Este miércoles, en una entrevista, declaraba que tiene “cada vez menos confianza” en el deseo de la República Islámica de llegar a un acuerdo.
“Parecen estar arrastrando los pies, y creo que es una pena. Tengo menos confianza ahora de lo que tenía hace un par de meses. Algo les ha pasado”, opinaba, en una entrevista grabada el lunes y emitida este miércoles en el podcast del periódico New York Post.
La idea de esas negociaciones, para Estados Unidos, es lograr un pacto por el que Irán renuncie a enriquecer uranio a cambio del levantamiento de sanciones internacionales. Un pacto similar ya se estableció en 2015, tras intensas negociaciones de las principales potencias globales, pero Trump lo condenó a muerte al ordenar la retirada de Estados Unidos en 2017. La Administración del demócrata Joe Biden intentó revivirlo durante su mandato (2021-2025), sin éxito. Washington, y el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), sostienen que desde entonces Teherán ha acelerado su enriquecimiento de uranio y está más cerca que nunca de contar con material de calidad suficiente para producir bombas nucleares. Irán niega que ese sea su objetivo.
Mientras mantuvo su optimismo sobre el futuro de las negociaciones, Trump lanzó varias advertencias públicas a Israel para que evitara atacar a Irán y descarrilara el proceso de conversaciones. Los servicios de inteligencia estadounidenses consideran que Israel se plantea atacar las instalaciones nucleares iraníes sin pedir autorización a Washington, después de que ambos países enemigos en Oriente Próximo se lanzaran fuego de drones y misiles en dos ocasiones el año pasado. Además, Israel ha atacado objetivos de grupos respaldados por Teherán en otros países, incluidos Irak y Siria.
Trump y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, hablaron por teléfono el pasado lunes, en una llamada en la que la cuestión iraní ocupó un papel protagonista.
El ministro iraní de Defensa, Aziz Nasirzadeh, ha declarado este miércoles que si Irán resulta atacada responderá con golpes contra bases estadounidenses en Oriente Próximo.
La agencia marítima del Reino Unido ha advertido también este miércoles de que las tensiones en Oriente Próximo pueden llevar a una escalada en la actividad militar que perjudique a la navegación en algunas de las rutas más importantes de la zona. La alerta aconseja a los buques en tránsito que aumenten la cautela a su paso por el golfo Pérsico, el golfo de Omán y el estrecho de Ormuz.
El jefe del Mando Central estadounidense, el general Erik Kurilla, tenía previsto comparecer el jueves en una audiencia en el Congreso, pero ha cancelado su asistencia. Hasta el momento el Pentágono no ha facilitado una razón para esa ausencia.
