Francia, o más bien su Gobierno, pone en el punto de mira cada cierto tiempo a los Hermanos Musulmanes, una organización islamista de origen egipcio implantada desde hace años en distintos países y financiada internacionalmente. Esta vez, sin embargo, ha ido más allá: un informe oficial encargado por el Ejecutivo que se ha debatido este miércoles en el Consejo de Defensa y Seguridad Nacional (CDSN) —un órgano dedicado normalmente a cuestiones de terrorismo o militares— alerta de su peligroso ascenso y de una “amenaza a la cohesión nacional”. Según el informe, los Hermanos Musulmanes se han infiltrado en asociaciones culturales, deportivas y administrativas de Francia. El ministro del Interior, el conservador Bruno Retailleau, afirmó el martes que se trata de una “amenaza directa a la República”.
El texto, desvelado por el diario conservador Le Figaro, señala que el grupo islamista, todavía minoritario, ha conseguido imponer a los musulmanes franceses su agenda, que en último término pasa por aplicar la ley islámica. “Buscan llevar a toda la sociedad francesa hacia la sharía, que es incompatible con los principios del país”, dijo el ministro del Interior. El informe, señalan en el Elíseo, es una herramienta para prevenir una dinámica peligrosa de cara a las elecciones municipales del año que viene, donde este grupo podría intentar penetrar de forma más profunda en las instituciones a nivel local.
El presidente francés, Emmanuel Macron, según fuentes cercanas a la reunión, ha quedado impresionado con el contenido del informe y ha pedido medidas más contundentes de las previstas y la publicación del documento a finales de esta semana. “Teniendo en cuenta la importancia del tema y la gravedad de los hechos establecidos, pidió al Gobierno que formulara nuevas propuestas, las cuales serán examinadas en un próximo Consejo de Defensa a comienzos del mes de junio”, señaló el Elíseo en un comunicado.
El fenómeno, explican fuentes de la Presidencia, “consiste en infiltrarse en las estructuras republicanas con el fin de intentar transformarlas desde dentro”. El informe se refiere a este tipo de dinámicas como entrismo: “Los Hermanos Musulmanes representan hoy la dinámica en este sentido más activa en el territorio nacional. Y lo que caracteriza, además, al entrismo —y, por tanto, a los Hermanos Musulmanes— es que su estrategia no consiste en aislarse, como lo hace el separatismo. Se basa en una lógica de disimulo, para luego no recluirse, sino al contrario, ir a la conquista de las instancias de poder, particularmente de los Ayuntamientos, con el objetivo de, progresivamente, sustituir las reglas de vida en sociedad que hoy compartimos por aquellas que promueve la sharía, e implantar nuevas normas en el territorio nacional”.
En la órbita de los Hermanos Musulmanes, movimiento fundado en 1928 en Egipto por Hassan al Banna, emergieron hace décadas en Oriente Próximo grupos como el palestino Hamás, pero en Francia no están considerados como terroristas.
200 audiencias
Las personas encargadas del informe sobre los Hermanos Musulmanes —Musulmanes de Francia, en su versión local— realizaron más de 200 audiencias, visitaron 10 departamentos de Francia y cuatro países, y, por tanto, pudieron observar también las consecuencias de no frenar a tiempo y de forma eficaz este nuevo fenómeno. Según el texto, la organización islamista cuenta con 139 lugares de culto, además de otros 55 cercanos a su ideología, un número que por ahora representa el 7% del total que hay en Francia, pero que se extiende de forma rápida. En las 73 páginas documentadas por los servicios de inteligencia (el informe lo han dirigido un prefecto y un embajador), el informe traza el panorama de un país minado desde dentro por una cofradía que ha estructurado una “importante red de implantaciones”.
Retailleau, tras la reunión del Consejo de Seguridad y Defensa, a la que también asistió, señaló que “lo que deberá proponerse en los próximos meses, en las próximas semanas, es una mejor organización del Estado, con un verdadero líder en materia de inteligencia y una Fiscalía administrativa en el Ministerio del Interior para llevar a cabo disoluciones y medidas administrativas de obstrucción”.
El presupuesto de Musulmanes de Francia, señala el informe, sería del orden de 500.000 euros, habiéndose reducido a la mitad en los últimos cinco años, evalúan los analistas, quienes observan que “la ausencia de organización del encuentro anual de Le Bourget, que reunía en los años 2010 a más de 100.000 musulmanes de todas las sensibilidades, ha pesado fuertemente en sus finanzas”. A través de fondos de dotación a los que el movimiento recurrió “masivamente a finales de los años 2000”, así como mediante sociedades civiles inmobiliarias (SCI), “los proyectos de Musulmanes de Francia pudieron beneficiarse hasta 2019 de financiamientos extranjeros procedentes de Qatar”, señala el documento, que enumera sedes en Estrasburgo, Mulhouse, Villeneuve-d’Ascq, Schiltigheim, Lille, Marsella y mezquitas de Seine-Saint-Denis.
Una parte de fondos procedentes de Arabia Saudí también financiaron supuestamente una estructura en Mulhouse, en el este de Francia, así como el Instituto Europeo de Ciencias Humanas (IESH), especializado en la enseñanza del árabe y el aprendizaje del Corán.
El uso de las redes sociales, constata el estudio, otorga a la organización un contacto directo con la población musulmana y azuza “el activismo de una nueva generación de predicadores, a menudo formados por los líderes religiosos” de los Musulmanes de Francia. “Lo que sabemos, y lo que podemos documentar, es hasta qué punto, cada día, cada semana, las redes sociales se han convertido en un vector para los islamistas, que las utilizan para aprovechar hechos de actualidad y poner en entredicho lo que la República defiende, en particular en materia de laicidad, intentando demostrar que el Estado es islamófobo y, en última instancia, volviendo nuestras propias normas y valores contra nosotros”, remarcan en el Elíseo.
Francia pone en la diana a los Hermanos Musulmanes cada cierto tiempo, normalmente coincidiendo con algunos conflictos internacionales. La invasión Israelí en Gaza y la masacre perpetrada por su ejército ha vuelto a elevar el tono en torno a esta organización, especialmente por parte de la derecha y de organizaciones sionistas. Hace dos años, el entonces ministro de Interior francés, Gérald Darmanin, acusó al futbolista Karim Benzema de tener vínculos notorios con ellos después de que el exdelantero del Real Madrid mostrara su apoyo en redes sociales a los habitantes de Gaza. Una senadora del partido conservador de Los Republicanos fue más allá y pidió que, en caso de confirmarse la acusación, se le retirase la nacionalidad francesa.