El ultranacionalista George Simion ha asegurado este martes que recurrirá el resultado de las elecciones presidenciales del pasado domingo, en las que resultó vencedor su rival, el candidato independiente y proeuropeo Nicusor Dan. Aunque el lunes había aceptado su derrota, el líder de la formación de extrema derecha Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) afirma ahora que impugnará el resultado. “¡Lo haré! ¡Sin problemas! ¡No lo aceptarán, pero soy un luchador, no una nenaza ni un traidor!“, ha contestado Simion en la red social TikTok a un usuario que le había escrito: “George Simion… Te he etiquetado muchas veces… te he votado… llora todo el mundo… tienes que salir. Nosotros no reconocemos a ese presidente… recurre”.
Para impugnar el resultado de los comicios, Simion tiene un plazo de tres días a partir del cierre de la votación, y debe proporcionar pruebas que justifiquen su petición. Es decir, tendría hasta mañana miércoles para materializar esa amenaza. Así lo establece el artículo 52 de la ley rumana que regula la elección del presidente: “La solicitud de anulación de elecciones puede ser presentada por partidos políticos, alianzas políticas, alianzas electorales, organizaciones de ciudadanos pertenecientes a minorías nacionales representadas en el Consejo de Minorías Nacionales y candidatos que participaron en las elecciones, en un plazo máximo de tres días después del cierre de la votación; la solicitud debe estar motivada y acompañada de las pruebas”.
El lunes, en un mensaje de vídeo colgado en Facebook, Simion había reconocido el triunfo de su contrincante. “Estábamos solos contra todos. Estoy orgulloso de vosotros y felicito a mi oponente porque ha ganado”, empezó. “Fue la voluntad del pueblo rumano. Quiero dar las gracias a los más de cinco millones de rumanos que depositaron su confianza en mí. No les decepcionaré. Vamos a ir hasta el final, incluso si es difícil sentir este sabor amargo de la derrota”, dijo. Ahora, sin embargo, parece querer cambiar de estrategia.
Por otra parte, Marcel Ciolacu, que ya dimitió el 5 de mayo de su cargo como primer ministro del actual Gobierno de coalición, ha anunciado este martes que renuncia también a su cargo al frente del Partido Social Demócrata (PSD), tras el mal resultado de su candidato en las presidenciales, Crin Antonescu (quedó tercero y no pudo pasar a la segunda vuelta). “Hoy di un paso difícil, pero necesario: terminé mi mandato como presidente del Partido Social Demócrata, con el corazón lleno de gratitud y respeto hacia todos aquellos que me acompañaron en este proyecto”, señaló Ciolacu en una publicación en Facebook.
El PSD, en una reunión celebrada esta mañana, ha elegido al actual ministro de Transportes, Sorin Grindeanu, como presidente interino del partido, y durante el resto de la jornada su dirección seguirá debatiendo si continúa o abandona el actual Ejecutivo, que comparten con el Partido Nacional Liberal (PNL) y la minoría húngara (UDMR). También tienen que decidir si apoyarán al ganador de las elecciones, Nicusor Dan, también alcalde de Bucarest, para que este pueda armar una mayoría de Gobierno.
“El futuro Gobierno debe tener apoyos. El PSD ofrecerá un apoyo racional para dar soluciones buenas y lógicas a los rumanos”, declaró Grindeanu al término de la reunión. “La corriente mayoritaria del partido se inclina por estar en la oposición, pero el mandato que he recibido está abierto a cualquier debate”, prosiguió el nuevo líder socialdemócrata, que dijo que negociará con las demás formaciones antes de presentar sus conclusiones a sus compañeros para decidir si apoyan al nuevo Ejecutivo.
El ganador de los comicios ha recibido este martes por primera vez un mensaje por parte de Estados Unidos, en el que la Administración de Donald Trump no le felicita expresamente. “Esperamos trabajar con Nicusor Dan, en calidad de presidente de Rumania, y el nuevo Gobierno, para promover nuestras prioridades comunes, como la defensa, la energía y las relaciones comerciales”, dice el breve texto, publicado en su página de Facebook.
El vicepresidente de Trump, J. D. Vance, reprochó en varias ocasiones que el Tribunal Constitucional de Rumania anulara las elecciones presidenciales del pasado noviembre, ganadas por el candidato populista y prorruso Calin Georgescu. La anulación de esos comicios, ante las sospechas de una supuesta injerencia rusa, llevaron a la repetición de las elecciones, a las que Georgescu no fue autorizado a presentarse. Él apadrinó entonces al también ultra George Simion, que finalmente perdió frente a Nicusor Dan.