Los hutíes de Yemen, el único grupo armado que sigue atacando a Israel con frecuencia desde que comenzó la invasión de Gaza hace año y medio, venían lanzando misiles casi a diario esta semana contra el Estado judío, pero siempre eran interceptados por las defensas antiaéreas. Este domingo, sin embargo, el escudo ha fallado en dos ocasiones y uno de los proyectiles ha impactado junto a un centro neurálgico tan importante como el principal y casi único aeropuerto del país, Ben Gurión, ubicado cerca de Tel Aviv. El misil ―que, de haber caído en alguna terminal de pasajeros, habría causado previsiblemente una masacre― solo ha herido a seis personas, casi todas de levedad, según los servicios sanitarios. El ministro de Defensa, Israel Katz, ha respondido con una sola frase: “A quien nos haga daño le golpearemos siete veces más fuerte”. Aerolíneas como Air Europa y el grupo Lufthansa han cancelado sus vuelos a Tel Aviv.
El momento y las consecuencias del impacto han sido captados tanto por cámaras de seguridad como por conductores con sus teléfonos móviles. Una nube de humo se alzó en el aire cerca del aeropuerto, en el suelo se apreciaba un enorme cráter y los pasajeros entraron en pánico dentro de la terminal. Una parte de la carretera que lleva a la autovía que conecta las dos principales ciudades, Jerusalén y Tel Aviv, ha quedado teñida de negro.
El aeropuerto solo cerró sus puertas durante una hora, pero aerolíneas como el grupo Lufthansa (que incluye Lufthansa, Swiss, Austrian y Brussels Airlines) y Air Europa están cancelando sus vuelos para este domingo, según medios israelíes. Es una dinámica que se ha repetido desde el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 que desencadenó la invasión de Gaza y la regionalización de la guerra: las aerolíneas han ido congelando y retomando sus rutas a Tel Aviv en función de las esperadas represalias de Irán o de la milicia libanesa Hezbolá.
Consciente del simbolismo del objetivo, Yahya Saree, portavoz militar de los hutíes —un movimiento rebelde aliado de Irán que controla cerca de un tercio del territorio de Yemen y que irrumpió en el conflicto “en solidaridad con los hermanos gazatíes”—, ha reivindicado el ataque. Y ha advertido a las aerolíneas de que Ben Gurión “ya no es seguro para el transporte aéreo”.
La hutí es la misma milicia que adquirió un protagonismo insólito en Oriente Próximo al internacionalizar el conflicto con su acoso a buques mercantes en el mar Rojo. Los detuvo durante los dos meses de alto el fuego en Gaza, hasta que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, bloqueó la entrada de todo alimento al enclave palestino, el pasado marzo.
En esta ocasión, por motivos que aún investiga, el ejército israelí falló en sus dos intentos de intercepción de los sistemas THAAD y Arrow junto con Estados Unidos, que le viene ayudando en las intercepciones y bombardea con frecuencia Yemen desde el regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, con más de 800 ataques desde el 15 de marzo. A esos bombardeos se sumó el Reino Unido el pasado martes.